Uno de los diálogos inconscientes que tenemos es el que evocamos hacia nosotros mismos, y puedo asegurarte que si fueras consciente por unos momentos de cómo te hablas, te asustarías.

¿Sabes por qué nos hablamos así? Porque nos han enseñado a ser perfectos, rígidos y estrictos, por lo mismo, no cabe la posibilidad de equivocarnos ni mucho menos de amarnos porque debemos cumplir con ciertas reglas protocolarias que nos impiden resonar en ese amor; porque si nos equivocamos, entonces somos torpes y no funcionamos para la vida; así que preferimos regañarnos, humillarnos y no aceptarnos, antes de que los demás lo noten y la burla se incremente.

Yo soy en exceso estricta conmigo, a veces no me permito fallar y mi más cruel castigo es dejar de hablarme por unos días sin la posibilidad de conectarme con Shary porque no cumplió con lo que debía hacer en el tiempo que le marqué, y después, la culpa viene.

Sólo si me siento valioso por ser como soy,
puedo aceptarme, puedo ser auténtico,
puedo ser verdadero.

Jorge Bucay

¿Recuerdas cuando te platiqué que una de las misiones que venimos a experimentar como humanos es amarnos a nosotros mismos? Ahora imagina la dimensión de amor que te tienes si cada que sucede algo que no te gusta o te duele, tu primer reacción es: ¡Ay, pero que idiota! Y no te regalas el espacio de comprender que sólo fue un error posiblemente atraído por una falta de atención, un descuido, un aprendizaje etc. Las explicaciones pueden ser infinitas, pero decidimos quedarnos con el anzuelo que nos lastime para castigar nuestra supuesta torpeza.

Créeme, ese diálogo que hoy decides tener contigo es la representación del inmenso o limitado amor propio que has decidido brindarte y así, le das forma a tu autoestima. Si empiezas a darte cuenta que el amor que te das, lo haces en porciones pequeñas o abundantes no está mal ni tampoco bien, sólo estás haciendo conciencia de que posiblemente el amor que te estás negando se está convirtiendo en la indiferencia o trato que sientes de otros hacia ti.

Ten presente que todo lo que buscas, una pareja, trabajo, dinero, comprensión, aceptación, etc. Es directamente proporcional a lo que sientes por ti porque el amor que decides tenerte y se lo dices a tu corazón todo el tiempo, lo materializarás en lo real y palpable.

Como siempre digo, el amor es un estado de consciencia de un presente continuo, quiere decir que es una emoción que está siempre a tu lado, sólo debemos manejarla con sabiduría, compasión y aceptación.

Me gustaría que hicieras conciencia de lo siguiente: ¿Cuántas veces por la mañana te abrazas?, ¿qué tan seguido te agradeces por haber despertado un día más?, ¿te hablas con sencillez y humildad?, ¿te dedicas una sonrisa, te reconoces, te apruebas, te aceptas? y ¿te dices a ti mismo que hoy es el mejor día de tu vida? Si respondes no a todo, no te preocupes, comienza a practicarlo y verás la diferencia.

¿Te acuerdas que la semana pasada te hablé del juicio y que el Universo, Dios, energía etc. No lleva una libreta para apuntar lo que decimos de otros? Pero sí está atento de cómo te hablas tú utilizando a los demás y a pesar de que él no entiende porque tus palabras son tan hirientes, decide respetarte y regalarte esas experiencias que de manera inconsciente buscas que te presente.

En verdad me encantaría que por un momento te dieras cuenta y recapitularas la manera en la que decides expresarte hacia ti mismo en todas las situaciones de tu vida; te sorprenderías de lo injusto que puedes ser hacia ti. Yo sé lo complicado que puede volverse porque algo que jamás nos enseñan es cómo hablarnos cariñosamente, porque desde niños lo único que escuchamos es ¡No hables!, ¡cállate!, ¡cómo eres burro!, etc. Y eso, se queda con los años que se convierten en ti.

Permítete ser libre de esas ataduras que te están impidiendo crear la vida que más deseas porque tú al igual que todos, tenemos derecho a experimentar todo lo que siempre hemos querido, sólo conéctate con ese amor que vive en ti y haz que ese sentimiento sea el que susurre las palabras que te dices todos los días y así, vendrán los cambios que tanto anhelas…

Con todo mi corazón,
Shary ChavLó