El ser humano está hecho a base de infinitas creencias, algunas históricas, sociales, familiares y muchas otras que nos formamos para que diseñen nuestra vida.
¿De dónde vienen las creencias? Vienen de los pensamientos que te informa la mente ya sea de la realidad que decide hacerte creer, o de la que le es más conveniente.
Desde que éramos niños nuestros padres nos inculcaron un sinfín de creencias que hoy como adultos nos pesan y sin darnos cuenta se vuelven nuestra misión de vida, algunas de ellas son: ¡Tienes que estudiar para ser alguien en la vida!, ¡tú hijo, me sacarás de pobre!, ¡hay que trabajar duro para ser exitoso!, ¡el dinero no crece en los árboles!, ¡eres igualito a tu padre!, ¡si te portas mal Dios ya no te va a querer!, ¡el que no tranza, no avanza!, ¡la vida cuesta cara!, ¡a duras penas comemos!, ¡todo lo haces mal!, ¡no llores, sé fuerte!, ¡la suerte de la fea, la bonita la desea!, ¡afortunada en el dinero, desafortunada en el amor!, ¡todos los hombres son iguales!, ¡el amor se acaba!, ¡las mujeres están locas!, ¡no estamos para estar gastando!, ¡una mujer debe de ser una dama en la mesa y una salvaje en la cama!, ¡los caballeros ya no existen!, etc. Y todas esas creencias pasan de generación en generación, ocasionando que nuestra sociedad siga pensando igual.
Tus creencias no son más que contratos sentimentales
que has firmado cuando niño con tu familia.
Alejandro Jodorowsky
Las creencias tienen un don especial, son capaces de cambiar tu ADN; ahora imagina todas esas creencias que vas cargando de tu familia, de la sociedad y que tú las eliges para darle forma a tu realidad y por consecuencia a tu vida.
Platiqué de la mente y su infinito poder, te comenté que puede ser nuestra mejor amiga o nuestra peor enemiga y que le regalamos el maravilloso poder de dialogar con ella y hace que los hechos los traduzca en historias dolorosas; lo que quiero decirte con esto, es que basta con que un pensamiento se quede minutos en tu cabeza y lo sientas real para que formes un patrón que se manifestará como una realidad cristalizada.
Haz conciencia de esto, todo lo que vemos, escuchamos y sentimos hacia el mundo es sólo la proyección de creencias escondidas que no hemos sabido descubrir; quiero que comprendas que no está mal tener creencias porque gracias a ellas hoy eres lo que eres y nos ayudan a definirnos y darle forma a nuestro camino.
Para mí, existen dos tipos de creencias: las limitantes y las ilimitadas.
Las creencias ilimitadas son infinitas, positivas, integradoras y pacíficas, tienen el poder de hacernos creer que somos capaces de todo, y así, lleguemos a donde más deseamos.
Las creencias limitantes nos forman dentro de una estructura cerrada que nos hace creer que nuestra vida es así y que la vida que llevamos es la que nos tocó por destino, cuando en realidad, es por elección.
Lo único que te pido es que te regales un momento y analices cuales son las creencias que más rigen en ti y si te das cuenta que has vivido dentro de creencias limitantes la mayor parte del tiempo, sólo acéptalas y amorosamente déjalas ir para que así, las conviertas en infinitas.
Las creencias forman una cadena tan fuerte que tus padres, tus abuelos, bisabuelos y ancestros las han cargado e inconscientemente te las han heredado, y el impacto fue tan grande que tuvieron la habilidad de modificar tu cadena biológica. Te doy un ejemplo simple: si en tu familia hay una enfermedad entonces tu creerás que por ley familiar la tendrás; eso es mentira, porque tú y solamente tú, eres dueño de ti, el cambio consiste en que esas creencias que dañan tu mente las hagas conscientes para que de ti, por fin se liberen.
Socialmente hemos generado creencias que los medios, la sociedad y el mundo entero nos han vendido y de manera inconsciente formamos la historia que se le quedará a nuestros hijos y a sus próximos herederos. Todo esto, tristemente impacta a una conciencia colectiva que sigue transformándose inconsciente; y de ese modo la supuesta evolución individual/social termina convirtiéndose en involución.
Creo que muchas veces no se trata de aprender sino de desaprender y romper con ciertos moldes que en lugar de liberarnos sólo nos atan de manos.
Te propongo algo: hoy elige ser el dueño de tu mente y comienza contándole hasta dónde quieres que te lleve porque así has elegido verte, porque tanto tú como todos en este universo, tenemos el derecho de elegir qué creer y qué no, por eso te pido que creas y pienses en grande y así vivirás como un gigante, porque puedo asegurarte que tú… haces maravillas.
Estoy contigo,
Shary ChavLó ∞
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