Hace casi 3 meses un terremoto sacudió a la Ciudad de México. En el país tenemos alarmas que suenan 30 segundos antes de cualquier temblor para que puedas salir, pero ese día lamentablemente la alerta no sonó porque el epicentro fue muy cercano a la ciudad; así que hubo muchos derrumbes y muchas personas se quedaron bajo los escombros, otras quedaron sin hogar o sin familia.

Tiempo después llegaron algunas personas a mi consultorio en estado de crisis y con miedo a morir. Creo que el tema de la muerte genera una profunda controversia porque a los seres humanos nos causa terror sentir que hay un final, pero en realidad no es el miedo a la muerte, porque la muerte sucederá en un instante y ninguno de los que aún estamos aquí nos daremos cuenta, posiblemente es ese miedo a saber la forma en que abandonaremos nuestro cuerpo.

Según la física cuántica dentro del concepto del “biocentrismo[1]” sostiene que la conciencia no se muere después de la muerte física y que sólo es una ilusión que surge en la mente de las personas; sin embargo, la conciencia permanece fuera de las limitaciones del tiempo y del espacio y es capaz de estar en cualquier lugar. Esta ley sustenta que existen universos alternos, es decir, en un universo el cuerpo puede estar muerto y en otro, el alma o la conciencia sigue existiendo.

Hace poco te hablé de la conciencia universal y te dije que todos estamos conectados a ella porque esa conciencia de unidad nunca muere; somos vida eterna dentro de una pequeña caja que con el paso del tiempo inevitablemente se deteriorará tal como lo dice la ley del biocentrismo, sólo que para mí, existe un universo en el cual todo es vida y existencia sin que necesite contar con un cuerpo, por lo tanto, hablamos de un universo conviviendo entre sí.

Quiero que comprendas que la muerte que todos conocemos sólo es el momento del desprendimiento de una vida terrenal; como tal, la muerte en esencia no existe pues sólo es la desintegración de la materia que se transforma en las mismas partículas con las que el universo está formado, y así, nos adherimos a él.

La muerte no es la noche, sino la luz; no es el final
sino el comienzo; no es la nada, sino la eternidad.

Victor Hugo.

¿Sabes algo? Yo siempre he creído que los seres humanos morimos un par de ocasiones en la vida terrenal, cuando hemos pasado por situaciones que nos retan y nos duelen tanto que no queda más opción que transformarnos y de alguna manera una versión de nosotros se va y no existe más, esa es la verdadera muerte, aquella que nos permite crecer y evolucionar.

En este mundo estamos hechos de una ley finita que consta de un principio y un final y todos estamos destinados a ello, sólo que vivimos en un apego constante que no nos permite dejar ir a quienes se fusionaron al mundo del espíritu, pero eso no significa que no estén contigo, como te dije, esas personas que hoy carecen de un cuerpo están en el mismo universo que tú, sólo que en diferente presentación y cuando podemos verlos, sentirlos o soñar con ellos es ahí cuando coincidimos en el mismo espacio tiempo, por lo tanto, la muerte no es más que una percepción que proviene de un concepto de tragedia y sufrimiento, pero la muerte terrenal no es algo malo ni mucho menos algo que haya que lamentar, porque es la decisión del alma de regresar a donde pertenece, al universo que se sabe eternidad.

¿Por qué hay muertes físicas que son trágicas? Recuerda que el alma es cíclica, y dentro de su sabiduría infinita sabe cuándo es momento de partir y deja el cuerpo en las circunstancias en las que esté, de acuerdo a lo que acordó aprender en esta experiencia, pero para nosotros que constantemente aplicamos un juicio tratamos de buscar esa explicación del por qué murió de esa forma; recuerda que sólo el alma sabe por qué quiso aprender así.

Es inevitable que la muerte física no deje dolor, ese dolor proviene de ese vínculo creado y lo único que nos resta es decir adiós a esas personas que nos acompañaron, sólo recuerda que el adiós también es crecer, así que si tú has sido de las personas que ha visto partir a alguien que ama, por favor respeta su proceso así como él o ella decidió darte tributo a que tú sigas viviendo terrenalmente, por favor no sufras más porque puedo asegurate que no has perdido a nadie porque esa persona está en ese amor infinito, aquel que sabe que no hay separación, porque la única verdad es que existimos.

Si eres de las personas que le teme a la muerte, déjame decirte algo, tu miedo no radica en entregar tu cuerpo, sino en vivir, porque vivir es todos lo días y morir sólo ocupa la mínima parte de un espacio en el tiempo, así que por favor vive y haz de tu vida terrenal algo maravilloso sin preocuparte, sin agobiarte, sin estresarte, sin enojarte, sin engancharte, para que cuando llegue el maravilloso momento de fusionarte con todo, lo hagas en agradecimiento por está magnífica experiencia.

Con gratitud y servicio,
Shary ChavLó ∞

 

[1] Biocentrismo: proviene del griego bios (vida) y de kentron (centro).