Siempre he sentido curiosidad sobre la función de las emociones, se me hace increíble cómo ciertas experiencias de mi vida las he vivido con felicidad; algunas con tristeza, otras con enojo y muchas más con dolor; me he preguntado ¿por qué no logré vivir todo desde la neutralidad?

Como te lo había mencionado anteriormente las emociones son estados adaptativos que nos permiten convivir con el entorno y así, interrelacionarnos; por lo tanto sería prácticamente imposible estar con los demás sin conectarnos desde alguna emoción porque siempre necesitaremos de los otros para sentir.

Gran parte de las generaciones actuales provenimos de padres ausentes emocionales puesto que sus necesidades comenzaron a ser diferentes, ambos eligieron caminos laborales que les permitirían tener independencia y a su vez, planear una familia; esto los llevó a ocupar todo su tiempo en otros asuntos excepto en el desarrollo emocional de nosotros como hijos.

Ese hecho, reprimió tanto nuestras emociones que nos impidió conectar desde la empatía con nosotros mismos y con los demás, eso ha impactado que en nuestra vida adulta sea más complejo relacionarnos con las emociones de otros porque jamás nos enseñaron a entender las nuestras.

“Las emociones no expresadas nunca mueren, son enterradas vivas y salen más tarde de peores formas.”

Sigmund Freud.

Yo tuve un abuelo con un corazón muy noble, cuando era pequeña recuerdo que cada domingo me daba dinero y me decía que lo ahorrara para que pudiera comprarme lo que yo quisiera, eso me ayudó a ser una persona muy administrada; sin embargo, soy alguien que fácilmente se angustia por temas financieros. En la historia de mis árboles genealógicos, mis ancestros fueron personas muy trabajadoras y monetariamente vivían de acuerdo a estándares normales, pero en su mente nunca había suficiente dinero porque la cuestión económica era una razón de angustia; cuando hice consciencia de esto es porque a través de mis emociones más reprimidas, mis ancestros me hacen recordar que el dinero es un tema de preocupación y no de alegría.  

Recuerda que todos provenimos de árboles que callaron emociones y en esa represión se formaron los secretos más profundos que condicionarían a todas las generaciones siguientes, y a pesar de que quizá tu transgeneracionales ya no estén, ellos viven a través de tus pensamientos y emociones; esto quiere decir que tus miedos más obscuros los pensarás y sentirás de acuerdo a como los vivió tu linaje; porque de esa manera toda tu genealogía se asegura que a través de ti, pueda existir su memoria.

Quiero decirte que las emociones son parte esencial de nuestra existencia, si venimos a la vida es para aprender a sentirla y los demás son pieza fundamental para experimentar ese proceso emocional; no se trata de lo que sentimos sino de lo que hacemos con lo que sentimos, eso se le llama consciencia emocional.

Las emociones tienen un punto en común, todas necesitan rencontrarse con el amor o con la paz interior para regresar al equilibrio que te permita sentirte tú mism@ de nuevo; cada emoción que vive en ti tiene una misión específica, por ejemplo: “Si estás en una situación que sólo te conecta con el enojo, esa emoción te habla de soltar el control sobre aquella situación que no comprendiste y así mismo, soltar a esa persona quien te mostró que era diferente a ti y que no está en tus manos cambiarle, sino aceptarle; si estás en una situación de profunda tristeza es porque esa emoción te está enseñando que también existe la alternativa de ser feliz; si estás en una situación que te angustia pregúntate ¿seguir así resolverá todo? Si la respuesta es sí, entonces ¿para qué te angustias si todo se va a resolver? si la respuesta es no, entonces ¿para qué sigues angustiad@ si no puedes hacer algo al respecto? Si estás en una situación de profundo dolor, lo que está sucediendo es que ese estado te está enseñando cuáles son las heridas de tu pasado que no están resueltas aún.

Las emociones no están bajo nuestro control porque son el pegamento de nuestra mente consciente e inconsciente; son reacciones biológicas que inevitablemente impactan en nuestro estado cotidiano y cuando las bloqueamos por miedo a sentir dolor, corremos el riesgo que se manifiesten en nuestro cuerpo, porque cada emoción bloqueada es motivo de una enfermedad programada; puedo asegurarte que  esas emociones bloqueadas son las mismas que tus ancestros sentían y que no los dejaron vivir de una forma plena y feliz.

Ninguna emoción es mala ni buena; todas son polares y su función es llevarnos a experiencias distintas para aprender a relacionarnos y a comprender que nada está separado; porque así como piensas y sientes, de esa manera proyectas para regresar al fabrica de origen que eres tú. Algunas emociones nos harán reaccionar y otras nos harán reflexionar sobre lo que estamos viviendo para poder transformar lo que estamos sintiendo; el objetivo de sentir es invitarte a ti mism@ a observar todos esos pensamientos a los que por libre albedrío pones sentimientos; porque cuando unes la mente y la emoción en un mismo punto de encuentro, te liberas o te destruyes.

Recuerda que tus estados emocionales estarán condicionados de acuerdo a tus miedos; así que deja de hacerte daño con lo que te cuenta ese “yo del pasado” o tu “yo del futuro” porque si permites que sus palabras se filtren con tus emociones, tú realidad se convertirá en ello. Si sientes enojo, ira, tristeza, odio, rencor etc., la mejor forma de sacarlo es a través de las lágrimas que te niegas y que tu linaje posiblemente se negó por hacerse “el fuerte”; las lágrimas son una gran alternativa para sanar todo lo que te genera dolor porque para verter algo más amoroso dentro de ti, necesitas limpiar esas emociones que están haciendo de tu vida una sensación agridulce.

Honro tus emociones; Shary ChavLó