Gran parte de las canciones que escuchamos y cantamos están hechas para alimentar nuestra sombra y así, conectar con todas esas disfuncionalidades que no están sanadas en nosotros mismos para que a través de cada letra cantada, proyectemos nuestras relaciones y de esa manera nos hagamos creer que aún no podemos terminar con ellas. 

En varias ocasiones te he dicho que todos los seres humanos nos definimos a través de dos polaridades con las que percibimos un mundo bueno y otro malo porque desde principios de la humanidad, el ser humano creó esas percepciones como métodos de supervivencia con base en las experiencias que vivió.

Cuando esas situaciones no eran del todo gratas, las almacenó en memorias y en ellas adhirió una emoción que le permitiría adaptarse a la situación y así describirla; en ese proceso adaptativo se aferró a la situación emocional que le hizo creer que sólo a través de ella, podía existir su presencia; esa percepción le alejó de la realidad y le hizo generar ciclos repetitivos que lo llevaron a crear los mismos entornos una y otra vez.

“Todo lo que sucede una vez, puede que suceda nunca más, pero todo lo que sucede dos veces, sucederá ciertamente una tercera”. 

Paulo Coelho.

Los seres humanos por naturaleza somos sobrevivientes; la humanidad ha resistido a plagas, guerras, desastres naturales, tragedias, injusticias, golpes de estado, esclavitud etc., y a pesar de que hemos atravesado muchas experiencias, a nivel colectivo seguimos con esa consciencia de lucha porque no hemos aprendido la forma para cerrar ciclos de abuso y en esa falta de cierre, estamos repitiendo los mismos patrones de formas diferentes. 

¿Por qué es tan difícil cerrar ciclos? Percibirnos fuera de nuestra zona de confort no es parte del plan de supervivencia, por eso postergamos el final de las situaciones y alargamos ese adiós a las personas con quienes ya no hay contribución desde un plano consciente, cuando en realidad, nos da miedo dejar de visualizarnos en ese lugar y en ausencia de él o ella, porque es tanto el temor a ese reconocimiento que nos apegamos a estados emocionales desafiantes con tal de no soltar aquello que creemos es lo único que nos describe. 

En repetidas ocasiones he escuchado decir que la personas no cambian;  no es que no cambien es que eres tú quien no quiere cambiar y prefieres percibir al otro como el/la culpable de que todo terminó y por eso, depositas en él o ella la clausura de una historia en la que tú también fuiste participante, por eso prefieres quedarte a justificar una relación que se quedó en el pasado porque ninguno de ustedes permitió que se transformara en lo que estaba destinada a ser y aunque quizá físicamente no estén juntos, tu mente y tus emociones siguen atadas a las expectativas que tenías en relación a  él o ella. 

Quiero decirte que todos los días cambias porque tus gustos y necesidades maduran con el paso del tiempo; cuando vas a dormir lo haces con una persona y al despertar estás con otra, porque aunque tú no lo sepas, estás cambiando sin darte cuenta; ahora imagina aquella persona con quien compartes la cama, es alguien totalmente desconocid@ a quien le has vaciado todo de ti pero el proceso de su relación inevitablemente ha cambiando o quizá ya esté terminando porque te estás dando cuenta que a lado de ti ya no está la persona de la que te enamoraste, está un ser humano que se está convirtiendo en un extraño para ti.

¿Por qué es importante cerrar ciclos? Nuestra consciencia es cíclica porque nuestro objetivo principal es evolucionar a través de los estados más puros como el amor, la paz, la felicidad, la integración y la empatía; sin embargo, cuando nos impedimos ir al siguiente paso estamos privando la naturaleza de nuestra consciencia y la dejamos estancada en el tormentoso ¿por qué? Déjame decirte que preguntar por qué es querer controlar una situación a través de la no aceptación del resultado y en ese estado, obstaculizamos el espacio de las cosas nuevas que puedan ocupar ese lugar. 

La relaciones que tenemos funcionan como un servicio, esto significa que sirven a tu vida para un propósito específico y todo lo que sucedió en cada una de ellas te está enseñando a que aprendas a soltar y a reconciliarte contigo mism@, porque el dolor que sientes no es porque todo se acabó, es porque dejaste de encajar en ese lugar y eso te duele porque crees que algo está mal en ti, por lo que prefieres cargar con la culpa en lugar de cerrar la puerta y continuar.  

Necesitas saber que cerrar ciclos es una decisión que necesariamente te llevará a una acción que impactará en un resultado, el cual, a veces no involucrará a los demás; si éste es tu caso, date la oportunidad de vivir el duelo de la pérdida que sientes sin esconderte detrás de esos decretos hechos canciones en los que te dices todos los días: “que no puedes estar sin él o ella”, “donde te mueres porque sea tuy@” o que “es un castigo dejarle atrás” etc. Lo que en verdad estás haciendo es castigarte a ti mism@ a través de la dependencia y eso te impedirá que perdones lo que ya no existe; y no es justo que tu vida sea manifestada a través de la inexistencia porque si estás aquí para algo, es para existir. 

Los ciclos que necesitamos cerrar no se determinan por la presión del tiempo; así que no necesitas esperar años para decir adiós, despedirse es un gran paso al crecimiento; recuerda que todos los días abres nuevos ciclos con el trabajo, familia, amigos, pareja, pero ¿cuáles de ellos te dispones a cerrar? Haz frente a tus emociones y trabaja con ellas porque no escuchar tu tristeza te encaminará al resentimiento, el resentimiento te aventará al enojo y éste te abandonará en la ira; perdónate por el dolor causante y causado porque no perdonarte a ti mism@ es quedarte en un pasado imposible de cambiar. 

En el lugar en el que estás, es en el que la vida te necesita para que aprendas a concluir y seguir adelante, deja de martirizarte con pensamientos como: ¿por qué ya no estoy en ese trabajo? ¿por qué perdí mi hogar? ¿por qué esa persona ya no me habla? ¿por qué mi pareja dejó de amarme? etc., tienes que ser consciente que los demás no nos aman, se aman a sí mism@s a través de nosotros, así que date la oportunidad de abrir un nuevo ciclo en donde encuentres situaciones y/o personas que se amen a si mism@s con tal devoción y aceptación que se sientan con el valor y fortuna de también amarte; pero si decides quedarte y no empezar de nuevo por la desconfianza que sientes al no saber qué viene para ti; te quedarás deseando los cambios que nunca ocurrieron, porque tuviste miedo de dejar ir aquello que sólo te causó daño. 

Voy de tu mano, Shary ChavLó