“Alégrate porque todo lugar es aquí y todo momento es ahora.”
Buda.
Siempre me he considerado una mujer solitaria, me gusta respetar mis espacios y estar lejos de lugares con demasiada gente; incluso mis padres me recuerdan como una niña que normalmente estaba absorta en su mundo; yo supongo que cuando nos permitimos estar en soledad, podemos descubrir el potencial que tiene nuestra mente a través de la imaginación y estoy segura que al acompañarnos a nosotr@s mism@s, logramos reconocer nuestros miedos, inseguridades, gustos y de esa manera, sintonizamos de manera más fácil con aquello que nos genera paz.
En mis momentos de contemplación he descubierto muchas cosas de mí misma; entre ellas, que uno de mis sonidos favoritos en el mundo es el silencio; cuando reconocí esto de mí, esa vibración insonora me permitió reconciliarme con esa niña solitaria que en varias ocasiones juzgaba por ser demasiado reservada y callada; tengo la seguridad de que el silencio es la mejor herramienta que tenemos los seres humanos para observar las historias que nos cuenta la mente y de esa manera, regresar a nuestro presente de forma consciente.
Soy una persona defensora del amor, pues creo que el amor es el estado más importante del que disponemos como individuos y por supuesto, como humanidad; pero desafortunadamente el amor ha sido y sigue siendo utilizado como un instrumento de sacrificio, apego, posesión, celos y avaricia porque le hemos dado la función de un arma manipulante y no de una solución recurrente que nos permita actuar y pensar desde ese lugar.
Toma en cuenta que antes de que tú nacieras, tus padres estaban emocionados por tu gestación y llevaban en su mente la ilusión de tu llegada; posiblemente tenían miedo de tenerte porque en sus pensamientos había desconcierto de cómo sería el proceso de tu crianza o quizá desde que estabas en el vientre de mamá, ella no quería tenerte porque pensaba que educarte sola sería imposible y aunque al final lo logró, tu programación gestacional no estuvo relacionada al presente; por ende, te sientes inexistente; esto significa que desde que estábamos en la matriz, nos programaron biológicamente para que nuestro presente no tuviera el poder suficiente para que viviéramos estables emocionalmente.
¿Qué es vivir en el presente? Vivir el presente es observar la vida tal cual está sucediendo sin que nuestra mente juiciosa se interponga en el camino porque cuando nos permitimos conectar con la observación nos damos cuenta que la vida es un viaje en donde nosotros somos sus capitanes y sólo en el presente podemos ver detalle a detalle lo que nos está sucediendo; sin embargo, lo que nos impide conectar con el aquí y el ahora es esa consciencia de separación que está programada para creer que todo lo que existe afuera es la solución de los problemas que nos ha creado e inventado la mente; de la misma forma en que creemos que en el exterior se encuentran las soluciones a nuestros conflictos emocionales, físicos y existenciales.
Una de las técnicas más utilizadas para conectar con el presente se le llama “mindfulness” o “consciencia plena”; quizá estás familiarizad@ con la meditación o con técnicas para crear formas de vida saludables o posiblemente para ti, hablar de “temas espirituales” no te hace sentido porque crees que es prácticamente imposible vivir en el presente cuando tu mente te domina a través de las tareas que te dice que tienes que cumplir; sin embargo, si lo vemos de manera objetiva, estar en el presente es más sano que hurgar en el pasado o divagar en la ilusión del futuro porque en ambos estados atemporales, tú no existes.
Recuerda que estamos en un mundo que nos aleja de la verdad para inducirnos en una realidad alterna; nos condiciona a vivir en el mañana para que lo consumamos constantemente; esto hace que te sientas incomplet@ y por eso insistes en buscar a tú media naranja; te preocupas más de lo que te ocupas; das más tiempo al estrés que a ser feliz; te condicionas a través de la ansiedad y te medicas con químicos en lugar de regalarte paz; estás al servicio de tu mente todo el tiempo, mientras que ésta te cuenta las peores historias de tragedia y tú, le crees al grado de materializar su novela; porque la realidad de todo esto es que tú no te permites sentirte total porque crees que necesitas del exterior para identificarte y completarte cuando la verdad es que tú ya eres un ser completo y resonar en esa consciencia plena te hace reconocer que el lugar en el que estás parad@ es el momento en el que tienes que estar, pero tú no le prestas atención a eso porque estás más atent@ en lo que no tienes, en lugar de agradecer lo que sí hay.
Utiliza mindfulness en tus relaciones, en tu vida diaria, en tu trabajo, en tu entorno y vuélvete observador@ de tus creencias, lealtades y patrones; deja de condicionar el amor y vívelo de forma presente y consiente, recuerda que el amor de ayer es apegarse a una memoria que ya no es; de la misma manera que amar con promesa de futuro es el producto de una imaginación que se vuelve una ilusión inalcanzable; date la oportunidad de regresar a ti cuando te sientes perdid@ en tus angustias, preocupaciones y dolores porque el poder que tienes para manifestar cambios lo experimentas cuando te sabes total y absolut@; así que comprométete contigo mism@ a amar, reír, llorar, bailar, cantar y sentir el día de hoy porque mañana todo pasa, todo cambia y todo se transforma porque antes que todo, eres mortal.
Acepta tu realidad sin que la adornes o la maldigas, porque tu realidad es la maestra que te permite tomar consciencia de tu vibración y te da la posibilidad de que te mires con sinceridad; escucha tus pensamientos pero no los atiendas porque dialogar con la mente es caer en nuestra propia trampa de esclavización mental; siéntate a comer sin estrés y utiliza tus cinco sentidos para disfrutar lo que comes; si estás en una relación vívela sin expectativas y déjate llevar por los aprendizajes que ésta tiene que enseñarte el tiempo que esté destinada a existir; recuerda que el momento presente es lo más importante porque tiene el potencial de hacernos valorar la vida y nos hace reconocer lo frágil y breve que es, así que no juzgues lo que vives sólo fluye con esas experiencias y regresa a tu propio equilibrio interno porque al final del viaje lo que verdaderamente importará, es qué tanto aprendiste y qué tan plen@ viviste.
Eres total, Shary ChavLó ∞
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