Dentro de nuestro condicionamiento humano está el ser buenos; sin embargo, en esa percepción de bondad creemos que no lastimar, matar o herir a alguien es cumplir con esa condición para calificarnos como buenas personas; mientras que los demás son los malos de nuestra historia.

En una ocasión te hablé de que no comprendía ciertas creencias de algunos sistemas religiosos; sistemas que han insistido durante generaciones separar la bondad de la maldad; y a sus creyentes les hacen pensar que para llegar al merecimiento del reino de los cielos tienes que conectar con el  sufrimiento; de la misma forma en la que el único hijo de Dios lo hizo, porque si él sufrió por tu causa, a ti también te corresponde hacer lo  mismo.

En esa misma consciencia de que el mal y el bien no comen en la misma mesa, nos hemos reprimido emocionalmente y eso nos ha hecho elegir las proyecciones como un método de defensa para que en algún punto logremos la unidad; esto quiere decir que en el proceso juzgaremos, condenaremos, envidiaremos, criticaremos de forma inconsciente; por supuesto quedarán aquellos que sigan eligiendo esos métodos de separación para permanecer leales al sistema que les impide despertar y así, elijan golpearse en el pecho creyendo que todo es su culpa y de esa forma, conecten de nuevo con su “bondad”.

Esto es una de las grandes confusiones que me genera ese sistema; invitar a sus fieles a que conozcan a Dios mientras se lastiman físicamente para disolver sus faltas y en ese arrepentimiento; conectar con la divinidad. Creo que ese sistema aleja paulatinamente a la sociedad de la unidad, haciéndonos creer que Dios es un individuo al que hay que conocer a través de la necesidad, arrepentimiento, carencia, dependencia para que por fin, se apiade de todos nosotros.

Quiero decirte que creer en Dios y conocer a Dios no es lo mismo; recuerda que Dios radica en tu consciencia traducida en tu estado interior y a medida de que tú te alejes de ti mism@, te alejarás de esa divinidad; tienes que saber que la consciencia no vive en tu mente, no está en tus emociones ni tampoco radica en tu espíritu; si estuviera en tu mente te relacionarías e identificarías sólo con tus pensamientos, si te quedaras sólo en tus emociones, experimentarías altibajos emocionales constantes y si permanecieras en el espíritu, no vivirías aterrizad@; estamos en consciencia cuando logramos unir los tres en el mismo tiempo y espacio y de esa forma, volvernos testigos del impacto que cada uno tiene en nuestra vida. Cuando llegamos a ese punto, logramos conectar y conocer al verdadero Dios.

«Lo que niegas te somete,
lo que aceptas re transforma.»

Carl G. Jung

Recuerda que los seres humanos venimos a experimentar nuestras polaridades, por eso las reflejamos constantemente; llevamos miles de años vibrando en la misma consciencia de separación que se basa en buscar culpables en los que podamos proyectar nuestra culpa; insistimos en encontrar a quienes activen nuestras peores heridas para perdonarnos; vivimos en búsqueda de todos aquellos que nos hagan odiar para conectar de nuevo al amor; estamos con aquellos que nos conectan con el sufrimiento para aprender a desapegarnos. El secreto es que para poder trascender todo ello, requerimos integrar todo lo que nos somete y aceptarlo sin resistencia, a eso se le llama una consciencia despierta.

Es imposible que sólo vibremos en la polaridad de la luz; tampoco podríamos estar todo el tiempo en la polaridad de la sombra porque en el Universo debe de haber un equilibrio. Esto significa que ambas energías se necesitan para coexistir y cuando se materializan lo hacen a través de ti.

Ten presente que siempre buscaremos proyectar la polaridad más escondida porque sino lo hacemos, nos sentimos incompletos dentro de una energía que es total; pero para el sistema que constantemente separa, es más fácil hipnotizarte para hacerte creer que eres bueno aunque en el fondo, te someta a convivir con tus condenas internas.

Por una parte las mujeres hemos sido divididas entre “la virgen” y “la puta”; sin embargo por aceptación a nuestro género, coexistimos en la virgen mientras que la “puta” se reprime y la proyectamos en la envidia o resentimiento hacia otras. Querida mujer quiero decirte que no es malo que seas “puta”; ese sólo es un condicionamiento del sistema para separarte de tu sexualidad; por lo tanto, ten presente que ambas polaridades existen en ti, así que querida: Acéptate y experimenta esa “putería” de forma consciente y selectiva.

Por otra parte los hombres han vivido en la dualidad entre  su masculinidad y feminidad desde hace siglos; por lo que prefieren coexistir dentro de su masculinidad por el bienestar y existencia de su género. Su proyección estará en la constante búsqueda de mujeres aunque tengan a alguien a su lado; porque inconscientemente buscan conectar con su energía femenina que vive reprimida o posiblemente atraigan parejas, jefas o entornos de mujeres dominantes que les enseñan a bajar la guardia de su masculinidad o machismo. Así que, queridos: acepten esa feminidad sin juzgarse ni etiquetarse como “jotos” porque su energía femenina les hará crear cosas magníficas.

El propósito de proyectar nuestras polaridades es llegar al equilibrio y a la auto-aceptación a través de la integración consciente; ten presente que no se trata de que te esfuerces en “ser buen@” porque en ese intento forzado, seguirás criticando, juzgando y odiando; a medida que tú te conectes con la unidad, sabrás vibrar en plenitud y en la totalidad de lo que eres.

Eres un@ con el Universo, Shary ChavLó