Queridos mamá y papá:

Cuando nací lo único que anhelaba era que ustedes me abrazaran todo el tiempo y que estuvieran felices con mi llegada, tengo muy pocos recuerdos de ese tiempo porque siendo un bebé no entendía mucho, lo único que podía ofrecerles era el infinito amor con el que llegué a la tierra para darles.

Mamá, cuando fui creciendo recuerdo que me decías que si lloraba me veía feo y cuando constantemente me equivocaba además de pegarme me decías que era igual a mi padre y que si no cambiaba lo pagaría en la vida siendo un fracasado como él.

Papá, me acuerdo cuando te acompañaba al súper y siempre me decías que no te pidiera nada porque no eras rico, que no hiciera berrinche porque sólo las mujeres eran unas lloronas, recuerdo lo mucho que me gustaba dibujar y tú me decías que eso no era de hombres que mejor jugara futbol o luchitas con mis amigos.

Papás, me acuerdo de muchas cosas y otras las he preferido olvidar, durante mucho tiempo recordaba tus palabras mamá, de no ser igual de fracasado que mi padre y gran parte de mi vida me sentí como uno, insuficiente para ti y sin merecer vivir, tuve muchos problemas de dinero al comenzar a trabajar porque creía que yo no podía ser un hombre rico.

¿Saben? Mucho tiempo les tuve rencor por esos maltratos, hasta que por fin entendí que sólo era cuestión de aceptarlos y que sus enseñanzas se debieron a patrones que ustedes aprendieron con sus padres. Me llevó mucho tiempo llegar hasta aquí y comprender que como niño no fueron mi responsabilidad todos esos programas que ustedes tenían y sin querer dañarme, me los heredaron. Quiero que sepan que por fin aprendí a honrarlos, mirarlos y con ese mismo amor con el que llegué a esta experiencia, hoy elijo tomar de ustedes sólo su sabiduría, su amor y su fortaleza, lo demás se los regreso con amor porque no es mío, es y ha sido suyo.

 Ya tengo 44 años y soy el director de una de las mejores empresas de diseño a nivel mundial y gracias a lo que fui hoy me puedo ver así, un hombre íntegro, exitoso, amoroso y bendecido porque decidí darle otra forma a mi destino.

 Atte,
Su pequeño hijo.

 

Los niños guardan el archivo más profundo y a veces el más doloroso que con el tiempo sólo nos hace daño, son muchos los programas, las memorias y el sistema generacional que como adultos seguimos. Nuestro niño interior sabe perfectamente a qué venimos a este mundo, pero nos enseñan a callarlo para vivir forzosamente dentro de las normas sociales, culturales y familiares, y es por eso, que nos convertimos en esos niños heridos que sostienen a un adulto.

Lo único que necesitamos es entender de manera compasiva que cuando éramos niños veníamos con un archivo en blanco que se fue completando con las enseñanzas que mamá y papá creían correctas, lo más importante es que aprendamos a deshacernos de esos comportamientos inconscientes que por amor incondicional cargamos por ellos, sólo es cuestión de estar dispuestos de crear una vida diferente.

Si quieres reencontrarte con tu niño interior, te invito este 11 y 12 de noviembre al taller Encuentra tu camino y Cambia tu destino donde veremos las heridas del alma que se guardan en nuestro inconsciente y las lealtades invisibles con nuestro árbol genealógico entre otros temas, sólo…

#HazQueSuceda