Dios es el ser más famos@ en la faz de la tierra y a pesar de que jamás le hemos visto, nos han creado la necesidad de adherirle un cuerpo humano con forma de hombre; quizá alguien de barba blanca que está sentado en un trono mientras nos observa y juzga por nuestras acciones.

Nos han enseñado que Dios es el hombre que nos castiga por nuestras palabras, obras y omisiones; las cuales, son motivos para que deje de amarnos; esos condicionamientos nos alejan completamente de su energía y nos apartan del camino hacia nuestro propio encuentro, porque encontrarse con uno mismo habla de observar esa sombra que compensa la luz en la que suponemos estar todo el tiempo y cuando llegamos a ese punto de encuentro personal, llegamos a nuestra propia batalla de aceptarnos o rechazarnos para convivir con un Dios total o con un Dios dual.

En varias ocasiones te he comentado que Dios parte de nuestro estado interior; esto significa que está directamente relacionado al vínculo que decidas tener hacia ti mismo y si te rechazas constantemente, rechazarás la existencia de la divinidad en ti; si no crees en ti, te autonombrarás ateo; si te quieres a medias, te conectarás con un Dios que a veces te abandona; si eres injust@ contigo mism@ te conectarás con un Dios con esa misma condición y creerás que sólo es capaz de ayudar a algunos, porque dentro de tus cuestionamientos está que si en verdad existe Dios, ¿por qué permite que haya guerras y tragedias?

“Las personas se están alejando de las iglesias para acercarse a Dios.”

Alejandro Jodorowsky.

México y Latinoamérica están sometidos por la religión católica; yo fui criada bajo sus preceptos, así como mis padres, abuelos y ancestros; una religión que está condicionada por la culpa y que inconscientemente nos rige creamos en ella o no.

La religión católica habla de la existencia de Dios desde el lugar de la luz, por eso insiste en que todo aquello que está fuera de su bondad es malo y por consecuencia, nos conduce al pecado; cuando en realidad, la maldad también fue creada por Dios porque así como crea, destruye. Dios es una manifestación de nuestros pensamientos y emociones, por eso venimos a experimentarle en todas sus formas para que de esa manera aprendamos a elegir qué deseamos materializar; de ahí nace nuestro poder más grande que es el libre albedrío.

Todos somos o hemos sido seres religiosos porque provenimos de diferentes creencias que nos han formado a lo largo de nuestra vida, muchas de esas creencias son las percepciones que tenemos acerca de la creación, la sexualidad, la comunión, el matrimonio, la pareja, las relaciones, la vida etc. Y queramos o no, estamos ciegamente guiados por esas creencias para manifestar nuestras experiencias y vivirlas hasta encontrar a nuestro ser espiritual.

Tu espíritu es una parte inseparable de ti porque fuiste cread@ a imagen y semejanza de algo que no necesitó un cuerpo para materializarte; el espíritu es y será tu conexión más alta donde permanece tu consciencia; es el vínculo más fuerte hacia la divinidad que elijas y no está condicionado a un género u orientación sexual.

Ser religioso es someterte a creencias que te alejan de la consciencia, ser religioso es condicionarte a ser bueno y alejarte de la totalidad que eres; ser religioso es vivir con miedo del peligro que te acecha afuera; ser religioso es culpar tus circunstancias, las cuales, tú creaste; ser religioso es enjuiciarte y vivir a través del sufrimiento; ser religioso es rechazar los alcances de tu sexualidad para seguir bajo la condición del puritanismo y calificarte con tener una “buena moral”;  ser religioso es ir en búsqueda desesperada de Dios para tu salvación; sin embargo, debes saber que a Dios no se le pide, se le escucha.

Ser espiritual habla de aceptar tus dualidades y aprender a reconciliarte con ellas sin confrontarte; ser espiritual es reconocer tus estados emocionales como maestros pasajeros; ser espiritual es respetar tu libertad y la de otros; ser espiritual es conectar con el amor como un estado propio para transformarlo en un servicio a otros; ser espiritual es desapegarte de los condicionamientos que te impusieron tus padres, la iglesia,  la sociedad y mism@; ser espiritual es dejarte llevar por la vida y a pesar de las adversidades, saber con seguridad que estás sostenid@ por algo más poderoso y que te creó para un propósito que aún no descubres; ser espiritual es no mentirle a tu presente, sino vivirlo y aceptarlo tal cual es.

Quiero que sepas que en lo que elijas creer para manifestar tu vida  es maravilloso, pero antes de que te golpees el pecho creyendo que todo es tú culpa, pregúntate ¿por qué elijo culparme? Deja de colgarte cruces que son el símbolo del asesinato de uno de los seres más magníficos que han existido pues su propósito no es verte sufrir; si vas a arrodillarte para rezarle a Dios, por favor no le ruegues ni le prometas que ahora te portarás mejor, porque lo que Dios quiere es que te conozcas y te aceptes sin juzgarte; mejor platícale cómo te sientes y deja que sus palabras lleguen a través de tu ser más consciente; si realmente vas a creer en un solo Dios que sea un Dios que sólo puedes conocer a través de ti.

Quiero decirte que ser espiritual es una misión muy retadora porque comienzas a despertar de un sueño que parecía placentero y al reaccionar, observas la realidad sin ninguna alteración y por fin te ves a ti mismo y entiendes quién eres; ser espiritual no significa que desaparezca el miedo, la tristeza, el enojo, el odio etc., los aceptas como parte de la vida y de ti, y aunque están ahí, logras sentirte más consciente que todo ello y optas por caminar ligero; ser espiritual es tu esencia nata, la cual te han escondido para  que seas fiel a todo, menos a ti mism@.  

Imagina que si todo lo que hoy tienes, mañana ya no está, quizá te sentirás la persona más miserable del mundo porque esos pensamientos los vivirás desde tu ser religioso, aquel que te culpa por ser un pecador y que cree que sin todo ello, eres nadie, quizá odiarás a Dios porque te ha quitado lo que creías te hacía feliz;  sin embargo, tu ser espiritual sabrá que detrás de ti, se esconde la verdadera riqueza y con amor y paciencia espera que la encuentres para que por fin, logres crear tu vida desde ahí.

Conócete,
Shary ChavLó