Enamorarnos siempre estará dentro de nuestros planes soñados porque el enamoramiento es y será el proceso que nos ayude a conectarnos a un estado de felicidad, y es justo en este punto, cuando la mente creará ilusiones en lugar de realidades; cuando ese enamoramiento llega a la etapa final, el amor es lo único que quedará y de lo que disponemos para reconciliarnos con lo que más nos duele y confronta de nostr@s mism@s.
La fidelidad es una de las características que más buscamos en los demás porque a través de ella, construimos un vínculo llamado compromiso; sin embargo, cuando una de las partes que convergen en esa relación no cumple con las promesas que estaban sustentadas en las expectativas de cómo debía de ser la relación, nuestra mente dual tacha el acto como desleal y a partir de ahí, la unión comienza a quebrantarse.
Recordemos que las relaciones humanas representan uno de los intercambios más complejos que tenemos que experimentar, porque gracias a ellas tenemos la posibilidad de conocernos a nosotr@s mism@s y es la otra persona quien nos enseñará los obstáculos que nos ponemos para amarnos; y sobretodo, la manera que encontramos para traicionarnos constantemente; porque una pareja, es y será el espejo de esa dualidad que tanto rechazamos.
¿Qué es la traición? En la necesidad de que todo sea perfecto; nos enfrentamos a nuestra profunda huella de control que tiene miedo de que le traicionen; un par de ocasiones te he hablado de Jesús de Nazaret y sabes que antes de escribir cualquier tema que también abarque aspectos religiosos, pongo el respeto de por medio porque creo que cada quien decide en qué quiere creer para sostenerse de esa creencia que le genere esperanza; cuando he hablado de Yeshua, te he comentado que no creo en la idea del mártir que sufrió por los pecados de la humanidad sino que soy fiel a ese gran maestro que vino a enseñarnos cómo conectar con ese Dios que sólo puede existir en un@ mism@, un ser humano cuya consciencia estaba evolucionada para su época y por la cual, fue asesinado.
Dentro de la historia de Jesús, nos han hecho creer que el principio de la dualidad empieza con la traición de Judas; según la historia, el discípulo traicionó a Jesús con los miembros del Sanedrín a cambio de treinta monedas y en su arrepentimiento él se suicidó; sin embargo, yo pongo en duda la historia porque en nuestra costumbre y necesidad de encontrar a la víctima y al victimario para crear la novela del malo y el bueno, supongo que Jesús fue la víctima y dejar a Jesús en ese rol en donde nada cambia, sería como olvidar su verdadera misión porque dentro de la gran consciencia de este hombre, era imposible que atrajera a personas que no vibraran desde el amor, así que mi opinión es la siguiente:
Jesús estaba totalmente conectado con esa divinidad y sabía la promesa que había hecho con la humanidad y el pacto que tenía con la muerte; por lo tanto, jamás se permitió traicionar su misión por miedo, así que se dedicó parte de su vida para ir a predicar la palabra de Dios a todos aquellos que aún estaban dormidos; creó una comunidad de 12 apóstoles a quienes preparó con sus conocimientos divinos; por lo tanto, si nos ponemos a reflexionar en la historia; si sus discípulos hubieran sido detenidos habrían muerto a la par de él; por consecuencia, la misión de Jesús habría quedado en el olvido y su muerte habría sido en vano; quizá Jesús necesitaba que alguien lo delatara para cumplir con su destino y permitir que su paso en la tierra dejara una huella que marcaría a la humanidad.
Si transportamos esta historia que vive impresa en nuestro inconsciente, te darías cuenta que siempre estamos buscando al Judas de nuestra vida y a su vez, nosotr@s estamos interpretando a nuestro propio Judas; con esto me refiero a que tod@s somos traicioner@s y seremos traicionados en alguna parte de nuestra vida… Supongamos que estás en una relación que vibra desde la carencia, una unión en donde hay peleas, agresión, infidelidad, humillación y dolor pero ninguna de las partes se atreve a dejarse por miedo a la independencia; por lo tanto, ambos prefieren traicionar su amor propio antes de asumir que ya no deben de estar juntos; de igual manera, estar en un trabajo en el que te inyectas queja en lugar de amor, es traicionar tu felicidad mientras que atraes un ambiente laboral que te recuerda lo mucho que te traicionas; estar enamorad@ de tus patrones familiares, sociales y culturales que están encadenados a las enfermedades, soltería, violencia, abandono, rechazo, mentiras, racismo etc., es porque algo en ti, prefiere traicionar su autonomía y libertad antes de dejar de pertenecer a un clan y colectivo que te obliga a que repitas para sentirte parte de la familia y sociedad.
La traición es una acción humana que tod@s cometemos en alguna parte de nuestra vida; sólo que nos cuesta asumir esa humanidad porque estamos acostumbrad@s a proyectar la culpa inconsciente; porque según la religión católica, todo es por nuestra gran culpa; aquella que sentimos al no asumir que la traición es un acto que implica nuestro libre albedrío; el cual, es la opción que tenemos de elegir cómo pensar y sentir para manifestar, pero al no responsabilizarnos de lo que somos, nos quedamos atrapad@s en nuestras creencias; las cuales, no aceptan la libertad que los demás tienen para elegir quienes quieren ser; porque para nuestra mente, no existe mayor traición que la libertad de otros.
Sólo cuando hay confianza puede existir traición; pero esa confianza la confundimos con el poder personal que regalamos a los demás y cuando los demás se accionan desde su libertad, ese empoderamiento se ve lastimado porque no queda mucho de él para poder perdonarnos, perdonar, aceptar y comprender porque es más sencillo buscar al culpable de esa traición antes de mirar lo que un@ mism@ se ha ocasionado; comprendo el dolor que viene implícito en la sensación de traición pero creo que no existe dolor más grande que abandonarse a sí mism@ en las situaciones o experiencias que más nos desafían y no hay peor traición que darse cuenta de los lugares en donde no hay amor; y aún así, quedarse esperando que algún día el otro o la otra nos ame para que al fin, tengamos nuestro final feliz.
Ámate, Shary ChavLó ∞
Leave A Comment