Normalmente inicio cada escrito con una experiencia personal en relación al tema que quiero abordar; sin embargo, está vez puedo decir que hablar de la confianza personal es algo que aún sigo pensando e indagando en ello; para empezar: ¿qué es confiar? y ¿qué es creer? Ahora que somos adultos y hemos experimentado los tragos amargos que la vida trae consigo nos ha resultado más fácil desconfiar, porque cuando nos hemos dispuesto a confiar, sentimos que nos han fallado o algo no funcionó de acuerdo a lo deseado.

A veces nuestra necesidad de pertenencia es más grande que nuestra capacidad para soltar o desapegarnos de aquello que nos hace daño porque la desconfianza proviene de lo que es inexistente y de las ilusiones que nos dice la mente sobre los escenarios a los que nos enfrentaríamos si es que confiamos; se dice que la palabra confianza significa accionarnos con fe; hace unas semanas te hablé de la religión y te comenté que independientemente de que creamos o no en ella, dentro de nosotros existe una información inconsciente colectiva que nos fue heredada por nuestra genealogía; cultura y sociedad, en donde las creencias religiosas predominan y nos hacen creer que todo lo relacionado a Dios está fuera de un@ mism@.

Cuando hablamos de fe, nuestra mente lógica la relaciona como un estado religioso; sin embargo, la fe es el poder o la intención que le damos a nuestras creencias, pero en el mundo dual que debemos experimentar, suponemos que la fe es la ganancia que obtenemos cuando creemos que las respuestas viven fuera de un@ mism@.

“Hay una gran diferencia entre confianza y creencia, la confianza es personal y la creencia es social.”

Osho.

Si te pusieras a pensar cuáles son tus talentos quizá te costaría trabajo identificarlos, esto sucede porque nos enseñaron a vivir bajo principios, entre aquello que la sociedad ve correcto y aquello que no; por lo tanto, es más sencillo tratar de igualarnos con los talentos externos, para que de esta manera logremos esa aceptación que buscamos, en lugar de reconocer nuestros talentos como únicos e irrepetibles.

La comparación es la herramienta más lacerante que usamos en contra de nuestra autoestima, porque determinar nuestro valor personal a través del valor del otro, es una condicionante que jamás nos permitirá confiar en quienes somos y en lo que somos capaces de lograr; esto es una consecuencia de las comparaciones a las que nos ha inducido el colectivo al que pertenecemos el cual, nos hace sentir culpables por no tener, parecer o ser lo que ese colectivo necesita que seamos, para ser aceptad@s y respetad@s como alguien que vale.

Quizá estás en una relación en donde la infidelidad, las mentiras y el maltrato han  sido lo que te han hecho desconfiar de esa persona; sin embargo, creo que no es el otro o la otra quien te hace desconfiar sino eres tú quien no confía en que puedes estar en una situación de igualdad y amor común porque ya te acostumbraste a que las cosas sean a medias; por lo tanto, no confías en que puedes tener una pareja estable y prefieres proyectar esa desconfianza que te hace sentir que no mereces estar complet@ en esa relación; posiblemente experimentas relaciones en las que no confías porque te da miedo la traición de los demás y a su vez, te das cuenta de que tú también puedes traicionar, por ende, esto te lleva a que desconfíes de ti mism@ para conseguir relacionarte con seguridad y sin miedo a la traición; probablemente tu situación es que profesionalmente no has llegado al lugar que quieres porque crees que es muy difícil y casi imposible estar en tu lugar soñado; pero la realidad es que nunca te enseñaron a confiar en la incertidumbre, ni mucho menos te enseñaron a valorarte, empoderarte, amarte y confiar en que puedes lograr todo lo que imaginas porque aprender eso, significa desapegarte de aquellas creencias enraizadas que necesitas para hacerte creer que nunca podrás.

Lo más complicado de confiar en un@ mism@ es soltar el control que nos genera la incertidumbre; soltar a los demás y dejarlos ser; soltar las apariencias para convertirte en ti mism@; soltar las dudas y reconocer que todo es parte de la experiencia; soltar los conceptos que tienes de ti para perdonarte por no encajar en los estándares de perfeccionismo; soltar esa necesidad de compararte porque crees que afuera está lo que te hará sentir bien; soltar el miedo de atreverte a amarte tal cual eres; soltar la desconfianza que te generan los demás que te hacen creer que no puedes ser amad@, respetad@ y valorad@; soltar las creencias de que es difícil ser feliz sin alguien porque no confías en que tú mism@ puedes hacerte feliz; por lo tanto, si te cuesta confiar, primero sé honest@ contigo y pregúntate si realmente estás dispuest@ a soltar el control que te genera la inseguridad de un mundo que crees que no te comprende.

Toma en cuenta que cuando confiamos en nosotr@s mism@s, las cosas dan un giro completamente distinto en nuestra vida porque nos atrevemos a darle más valor a lo posible y quitamos atención a lo imposible; así que confía en ti para terminar esa relación que ha dejado de contribuirte, confía en ti para creer que puedes, confía en que tú también mereces manifestar experiencias increíbles, confía en que también tienes el derecho de ser feliz, estar plen@ y vivir; por lo tanto, renuncia a esa comparación de aquellos que tienen o han logrado, porque ellos no son diferentes a ti, la única diferencia es que ell@s, han confiado en que sí se puede.  

Confía en ti mism@, Shary ChavLó