A muchos seres humanos durante nuestro crecimiento nos hablan de un hombre totalmente desconocido a quien debemos rezarle para que nos perdone, nos ame, nos escuche, nos ayude. Un hombre al que jamás hemos visto y sólo es conocido con el nombre de Dios, alguien que se percibe juicioso porque castiga y en ocasiones deja de quererte, y “gracias a una de sus costillas la mujer llegó a este mundo.”
El mundo ha evolucionado, sin embargo, hay creencias que han permanecido a lo largo de los siglos, entre ellas, la forma en la que Dios es percibido porque nos han hecho creer que Dios refiere a una totalidad masculina capaz de crear y destruir el universo, y eso, nos ha condicionado a que creamos que Dios padre está separado de Dios madre, desde ahí, comenzó la concepción de que la mujer es sólo un símbolo ajeno al hombre y que carece del mismo valor; recuerda que vivimos en una sociedad que sólo nos hace creer de forma ciega, eso nos conduce a una fallida comprobación de su existencia y todo eso, nos aleja del verdadero significado de quién es.
Estoy segura de que nos han mentido, porque Dios por naturaleza cuenta con un principio masculino y otro femenino y para crear el planeta tierra Dios utilizó un poder femenino para crear y se requirió una fuerza masculina para llevar acabo esa creación, ninguno es mejor que otro porque ambos coexisten entre sí y gracias a los dos se crea un diseño llamado ser humano; de esa manera Dios te creó a ti.
¿Por qué nos han hecho creer que Dios es hombre? Porque Dios ha sido relacionado con la fuerza, un Dios que todo lo puede, y recuerda que dentro de nuestro inseparable inconsciente colectivo, los hombres fueron los que acudían a las guerras para ser acreedores de nuevos territorios y necesitaron la fuerza omnipresente “del padre” para lograr el triunfo.
Para las religiones monoteístas sólo ha habido la existencia de un solo Dios acompañado de su único hijo encarnado llamado Jesús, otro hombre que enseñó en la tierra las palabras del mismo creador a quién llamó “padre-nuestro”, mensaje que originó la creación de una de las oraciones más populares y poderosas del mundo.
Sin embargo, según investigaciones, la oración original se encuentra en el monte de los Olivos en Jerusalén; en su inscripción invoca a la madre y al padre que refieren al poder y a la fuerza creativa, entonces ¿quién quitó a la madre y por qué?
Todos estamos pintados por el mismo pincel,
y somos hijos de un mismo creador.
Mahatma Gandhi.
La mayoría de las personas perciben a Dios como un hombre que está en el cielo pero no en la tierra, alguien que vive fuera de nosotros y que representa nuestra figura paterna; esto hace que de forma inconsciente las mujeres vayamos en búsqueda del hombre omnipresente, omnipotente y omnisciente; aquel que todo lo puede, sabe y está, y es desde ese lugar de admiración que esperamos a un Dios terrenal. Inconscientemente, a los hombres les gusta sentirse necesitados porque de esa forma confirman su masculinidad y eso los hace confiar en su poder personal, porque les dijeron que el poder proviene del padre creador del universo y es a él a quien todos necesitamos para vivir; adicional a que si tuviste un padre físico ausente o autoritario, de esa misma forma te relacionarás con tu poder masculino y claro con Dios; todo esto nos envuelve en los mismos condicionamientos que nos alejan de la realidad.
Lo que quiero decirte con esto es que nos han enseñado que el poder sólo se inclina hacia un poder masculino, es por esto que muchos hombres se alejan de su energía femenina y comienzan a cargar con su propio inconsciente familiar y colectivo impulsado por un machismo de nueva versión; tengo la certeza que en el momento en que nos quitemos la máscara juiciosa que nos han puesto sin objetar y que está basada en la separación, dejaremos de creer que Dios es un hombre de barba blanca que nos mira desde otro lugar; así mismo, nos alejaremos del miedo de encontrarnos con el verdadero Dios y comenzaremos a comprender que Dios refiere a nuestro propio estado interno, aquel que hemos decidido descuidar para buscarlo en el exterior.
La manera en la que percibes a Dios es perfecta, pero por favor no le prives de ambas energías; recuerda que Dios es una presencia que está constituida por el amor infinito que te niegas todos los días, así que invítate a dejar de buscarlo en tus relaciones, aquellas a las que quizá culpas porque no te amaron como quisiste y eso hace que cuestiones su existencia. Recuerda que Dios parte de la relación que quieras tener contigo mism@ y por consecuencia de la misma forma será tu relación con el mundo, porque así estás decidiendo construir las experiencias en donde tú eres el único creador.
Dios en ti,
Shary ChavLó ∞
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