De acuerdo a mi experiencia puedo decir que una de las cosas que más tenemos que trabajar como seres humanos es nuestro propio reconocimiento.

Para mí, el reconocimiento es algo que nace del amor propio porque viene de reconocer nuestros logros, intentos, progresos, errores, fracasos y transformaciones a lo largo de nuestro camino de vida.

El reconocimiento no viene del aplauso ajeno
es el resultado de lo que sembraste con amor.

Paulo Cohelo.

Muchas veces queremos que los demás nos miren porque de esa forma nos sentimos pertenecientes y esa necesidad de reconocimiento externo viene de nuestro pequeño ego que vive en miedo constante y necesita que los demás lo miren y lo reconozcan para que por fin se sienta alguien.

¿Por qué nos cuesta tanto reconocernos? Ya te había comentado que cuando éramos niños no nos enseñaron a amarnos y si no nos enseñaron algo tan simple pero tan fundamental para la existencia humana, mucho menos nos enseñaron a reconocer quiénes somos.

Lo pondré de esta manera, cuando íbamos a la escuela si sacábamos una mala calificación o cometíamos algún error, lo primero que hacían nuestros padres era castigarnos o reprendernos, y sólo a veces nos reconocían cuando nuestro comportamiento era aceptable de acuerdo a sus normas; y esa capacidad de excelencia escolar nos merecía un verdadero aplauso, además de que era algo a lo que estábamos obligados: “ser buenos y no malos.” ¡Ahora imagina cómo nos impacta eso en nuestra vida adulta!

Por supuesto que es imposible reconocernos en cualquier circunstancia, ya sea que nos despidan de un trabajo, logremos un ascenso, estemos haciendo lo que siempre hemos deseado, terminemos una relación de años, fracasemos en un proyecto, saquemos una mala nota etc., y nos es difícil porque nuestra programación no trae ese tipo de instrucciones de “qué decirse a sí mismo en caso de”.

Todo esto, resultado de que nuestros errores nos merecían un regaño y nuestros logros un abrazo, por lo tanto reconocer que estamos viviendo en un error o nos hemos equivocado nos confronta porque creemos que los demás no nos verán, pero si cometemos un acierto entonces continuamente esperaremos el reconocimiento de otros porque de esa manera nos funcionó en la infancia, y esa es la fórmula que utilizamos en la vida.

Quiero que sepas que esa necesidad de reconocimiento tiene que ver con esa marcada desvalorización que tenemos de nosotros mismos, porque nos sentimos tan poco valiosos que por eso buscamos esas recompensas externas para sentir que lo estamos haciendo bien.

Si te das cuenta y lo ves desde otro lugar de conciencia que te permita la observación sin juicio, notarás que a veces intentamos dar de más a otros porque en el fondo pretendemos que de esa forma reconozcan lo maravillosos que somos y lo mucho que nos esforzamos, ya sea en una relación de pareja o de cualquier otro tipo, esto puede deberse a distintas circunstancias: por control, es decir, si yo te doy más entonces tú te quedarás a mi lado y dependerás de mí; por complacer a otros, es decir, no importa como me trates siempre y cuando tú me veas; por enfermedad; me enfermo porque de esa forma obtengo atención de los demás; por víctimas porque si yo me tiro al piso vendrá alguien que me levante.

Si eres de las personas que siempre da más, de ahora en adelante hazlo en conciencia sin que exista un reclamo final: “mira lo que hago por ti”, “yo doy más que tú”, “todo lo hago yo” etc., porque si es así, entonces te pregunto: ¿quién te ha pedido que des más?, ¿por qué no reconoces que los demás dan lo que pueden con lo que tienen? Recuerda que todas las relaciones son una inversión que refieren a un equilibrio, en donde si yo doy recibo sin condicionar que sea lo mismo, porque estoy segura que ambas partes se conectan con el amor, dando desde el lugar más auténtico que es su corazón y eso, es invaluable.

Si eres de las personas que no importa cómo te traten siempre y cuando seas visto y reconocido, quiero decirte que jamás vivirás satisfecho y siempre encontrarás en tu vida a personas que te hagan sentir igual de desvalorizado hasta que tú, aprendas a verte, reconocerte y amarte.

Si eres de las personas que constantemente se enferma puede ser que busques reconocimiento en otros para que te atiendan, recuerda que las enfermedades son un síntoma de una causa no mirada ¿cuál está siendo tu causa? Definitivamente algo que no estás reconociendo.

Si eres de las personas que les gusta victimizarse utilizando constantemente un: “pobre de mí”, “nadie me quiere”. “todo lo malo me pasa a mí” etc., recuerda que tú te estás convirtiendo en tu propio victimario y lo único que estás atrayendo es que los demás te miren con lástima y no como inspiración, así que es hora de que te reconozcas y empoderes, y de esa forma, puedas convertirte en el responsable de la vida que estás decidiendo vivir y manifestar.

Quiero que comprendas que el simple hecho de que tú estés en este mundo es suficiente motivo para que reconozcas que en ti hay todo lo que necesitas para ser valorado, amado y respetado, así que no hay necesidad de que lo esperes de afuera, sólo es cuestión de que tú lo veas, lo aceptes y de esa forma atraerás a todos aquellos que reconozcan la luz que siempre llevas.

Te reconozco,
Shary ChavLó