Normalmente todas las historias están conformadas por una víctima y un victimario; las víctimas son las que sufren los hechos y los victimarios son los agresores que hacen de los sucesos una historia, por supuesto, los victimarios son los culpables y las víctimas los pobres incomprendidos.

Te he platicado mucho del Universo, Dios, la energía, la conciencia universal etc. Te he dicho que jamás expone un juicio hacia nuestras acciones, palabras o emociones, porque gracias a su neutralidad lo único que nos regala es la resonancia a nuestras vibraciones, porque el Universo es manifestación pura de todo lo que pedimos, nos es regresado de la misma manera.

Los seres humanos tenemos el hábito de humanizar a esa energía universal, ese Dios con barba blanca o ese Universo que todo lo crea; y lo hacemos, porque al humanizarlo creemos que nos castigará y en el juicio final nos negará la entrada al paraíso y necesitaremos esos intermediarios para que intercedan por nosotros por la constante culpa que cargamos por nuestros pecados.

¿Qué es lo que sucede con la culpa? Tendemos a relacionarla con lo malo, es decir, cuando nos dicen que somos los responsables nuestro primer pensamiento es: no es mi culpa; pero la responsabilidad y la culpa distan mucho en el sentir. Puedo decirte que la culpa proviene de una carencia de amor propio y la responsabilidad es la raíz de sabernos responsables de nosotros mismos y sentirnos capaces de generar cambios positivos en nuestra vida.

Lo que sucede es que nos han enseñado y continuamente nos han vendido que la responsabilidad y la culpa son iguales, porque si soy responsable entonces soy culpable, por lo mismo, cometemos el error de verlo de la siguiente manera: “si es mi culpa es porque yo soy el malo, entonces seré el rechazado” y como he dicho, necesitamos sentirnos reconocidos como los buenos de la historia para que nuestro entorno pueda aceptarnos y amarnos.

El resentimiento, la crítica, la culpa y el miedo
aparecen cuando culpamos a los demás y no
asumimos la responsabilidad
de nuestras propias experiencias.

Louise Hay.

Ten presente que siempre nos será más fácil culpar la gota que derramó el vaso en lugar de responsabilizarnos del por qué decidimos quedarnos sentados mientras el vaso no cesaba de llenarse y cuando se derrama, lo vemos como un desastre y lo primero que hacemos es voltear y señalar juiciosamente a quien está enfrente, al fin, siempre será más fácil encontrar al culpable pero no al responsable.

¿Por qué tendemos a culpar a los demás? Porque nos es más sencillo adherir cargas a otros para que nosotros salgamos libres de cualquier remordimiento que pueda perjudicar nuestra conciencia, pero culpar a los demás no es más que una herramienta de manipulación agresiva de debilitar a los otros y lograr que se queden a lado de nosotros.

¿Por qué nos culpamos a nosotros mismos? Porque necesitamos ser vistos por los otros, y culparnos, nos convierte en las buenas víctimas de las circunstancias para comprarnos la historia de que nosotros somos los incomprendidos, y eso hace, que nos transformemos en nuestra propia víctima y a su vez, en nuestro propio victimario.

Recuerda que nosotros somos una causa que genera efecto en muchas cosas, nosotros somos los responsables de atraer situaciones, personas, experiencias a nuestra vida, y cuando decidamos hacernos responsables de esa historia entonces lograremos ver de otra forma las circunstancias y así, nuestro rumbo tomará otro destino más seguro.

Hay algo que une a la responsabilidad y la culpa, es la visión que tu eliges para ver los resultados de las causas-efectos de todo; pero como siempre te digo, la decisión con la que mires la vida, es sólo tuya.

Culpar a los demás es sólo culparte a ti mismo y llenarte de sufrimiento y resentimiento absurdo sobre situaciones que tú tienes el poder de transformar, la culpa sólo nos debilita y hace que doblemos las manos de no sentirnos merecedores del perdón, del amor, de la compasión pero sobre todo, nos quita la posibilidad de crear una vida mejor; créeme tú tienes el maravilloso potencial de transformar todo lo que hoy vives, sólo recuerda que todos los días al levantarte, lo haces con ese título invisible que se le llama “Yo soy el responsable de mi vida”.

Honro tu poder,
Shary ChavLó

Recuerda que la responsabilidad nos empodera para generar los cambios necesarios en nuestra vida, la culpa sólo nos debilita y nos estanca, así que libérate de esas cargas innecesarias que sólo interfieren con tu vida e inscríbete al taller “Encuentra tu camino y cambia tu destino” y transfórmate. #HazQueSuceda