Quizá en algún momento de tu niñez escuchaste a tu madre o tu abuela decirte: “para el día en que te cases” porque para la programación de las mujeres de nuestra genealogía seguir con esa línea en el tiempo era importante porque estar con alguien era el objetivo primordial de cualquier mujer porque para las creencias de nuestro sistema familiar, cultural y social; ser mujer es igual a ser madre y esposa.
Toma en cuenta que a lo largo de la historia la creencia de ser mujer se ha basado en la idea de que estamos por debajo de Dios a quien nos han impuesto con cuerpo y energía de hombre; de la misma manera, nos obligaron a pensar que el único hijo de esa divinidad masculina sólo pudo haber nacido de una mujer virgen y esta creencia impuesta, ha puesto a la mujer en un lugar difícil de abandonar.
Estoy segura que estás al tanto de las situaciones que estamos manifestando como sociedad y sobre todo como mujeres; todas estas situaciones me parecen profundamente lamentables y por supuesto, preocupantes y es verdaderamente difícil dejar de posicionarse; evitar juzgar, liberarse del enojo y claro, dejar de buscar a un culpable.
Antes de que me sigas leyendo quiero decirte que escribo esta reflexión desde mi observación y jamás trataré de imponer opiniones en temas que son tan dolorosos, y a veces, cuando el dolor es mal gestionado tiende a protegerse desde una perspectiva dual en la que necesitamos culpar a alguien porque no sabemos cómo lidiar con lo que sentimos.
Para empezar ¿por qué las mujeres estamos eligiendo dejar de existir a través del sexo opuesto?, ¿por qué hemos elegido manifestar hombres que actúan desde el odio hacia su inseparable contraparte?, ¿será por causa del machismo?, ¿será por necesidad de control y poder?, ¿será por qué se sienten superiores al género opuesto?, ¿será por el simple hecho de ser mujeres?, ¿será porque las mujeres no nos valoramos lo suficiente? Mis preguntas son infinitas pero mis respuestas hasta ahora han sido nulas, porque sé que responderme será apapachar a mi juicio y al final, sentirme insatisfecha con las explicaciones de mi razón.
A mi parecer, todas las situaciones que estamos manifestando son el cúmulo de las creencias religiosas, sociales, culturales y familiares que existen en relación a ser mujer, porque para nuestra madre, abuelas, bisabuelas, tatarabuelas seguramente significaba sacrificarse por amor, por la familia y por el marido sin importar que él fuera la causa de su muerte; para la religión católica ser mujer era una vergüenza, para la sociedad ser mujer es igual a la hipersexualidad porque “la que no enseña, no vende”. Todas esas creencias hicieron que la mente universal que compartimos las mujeres nos generara la idea de que ser mujer es peligroso y que la feminidad, no tiene valor alguno.
México es uno de los países donde ocurren feminicidios diariamente; según estadísticas recientes son aproximadamente 10 mujeres asesinadas al día; hace un mes experimentamos un caso verdaderamente lamentable y que sobrepasó cualquier grado de tolerancia y comprensión humana; fue el caso de una niña que murió en manos de una pareja que la torturó hasta quitarle el último respiro. No sé tú, pero yo no pude entender empáticamente este hecho; sin embargo, preferí no poner juicio en mi mente y sin resistencia, elegí soltar y aceptar que esta niña fue la maestra que nos enseñó la manera en la que estamos vibrando como sociedad; esa misma reacción sentí cuando me enteré del caso de un niño de 9 años quien murió en manos de su madre y su pareja, la forma en la que él falleció, va más allá de lo inexplicable; estos casos me pusieron a pensar hasta qué punto puede llegar una mujer con tal de estar a lado de alguien.
“El acto más valiente para una mujer es pensar por sí misma y en voz alta.”
Coco Chanel .
¿Qué es el empoderamiento? Es el poder personal que todos los seres humanos merecemos experimentar y que no está sustentado en la abundancia económica, belleza física, éxito profesional o el miedo que generas en los demás con tu actitud dominante; el empoderamiento nace del concepto coherente que tengas de ti mism@ y el valor consciente con el que te miras porque cuando el poder personal está equilibrado, observas a los demás como un igual porque el mundo lo interpretamos como somos y no como realmente es.
Me entristece profundamente la situación que las mujeres estamos atravesando pero yo no quiero convencerme a mí misma que por ser mujer mi vida peligra, no pienso creer que la culpa la tiene el otro mientras yo me quedo en el papel de la víctima para sentirme bien, porque si algo tengo claro, es que la victimización cuesta muy cara; no estoy dispuesta a comprar la idea de que la causa de todo es el macho que rechaza mi género porque eso sería dejar mi poder en las manos de alguien que no lo merece; así que he decidido creer que la causa de nuestra falta de empoderamiento para establecer límites sanos con los demás, proviene de la necesidad de ser reconocidas por el sexo contrario, pues creemos que somos menos, esto se deriva de que pensamos que una mujer no puede estar sola y por eso elegimos maestros peligrosos que nos enseñan cómo estarlo.
Ésto se origina pues a ningún género nos fue enseñado cómo amarnos a nostr@s mism@s sin la presencia del otro; la creencia de la culpa heredada nos hace creer que a las mujeres nos toca sufrir, cuando resulta que la peor enemiga de una mujer, a veces es otra mujer y fielmente creo que si no atendemos la causa siempre estaremos luchando en contra de las circunstancias.
Creo que para que podamos recuperar nuestro poder personal, necesitamos reconciliarnos con aquello que nos han dicho que “tenemos que ser”, necesitamos perdonar nuestras creencias sexuales y asumir nuestra sexualidad como natural; necesitamos aceptar el dolor ajeno y propio como la maestría que nos enseña los lugares en los que es urgente cambiar; requerimos dejar de ver el machismo como el antagonista de nuestra historia; es necesario tomar consciencia de lo que estamos creando y sobre todo observar que aquellas mujeres que han decidido dar la vida por nosotras y se han convertido en las guías, nos enseñaron que es hora de recuperar nuestra dignidad empezando por creer en ella, porque nosotras somos una parte fundamental en el planeta simplemente porque somos capaces de crear; por ende, dejemos de crear tragedias; somos capaces de estar sin alguien y eso no significa que estemos en contra de un hombre, quiere decir que también somos seres independientes con el mismo derecho de elegir con quién queremos estar sin que nuestro valor personal se vea condicionado y hasta que no entendamos esto, seguiremos atrayendo a los maestros que nos sigan apagando la voz hasta que entendamos que el conflicto de todo, proviene de la falta de amor propio porque ese amor, también necesita ser expresado a gritos.
Te honro mujer, Shary ChavLó ∞
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