Hace tiempo te hablé de los padres en relación a los hijos y te comenté que todos los que estamos aquí fuimos concebidos a partir de un diseño que nuestros padres nos dieron, a eso se le llama un proyecto sentido, en el cual todas las programaciones inconscientes de nuestros padres nos fueron heredadas para marcar nuestra vida adulta.

Por supuesto cuando crecemos vamos desarrollando nuestros primeros procesos conscientes y todo aquello que vimos y escuchamos de los adultos fue la verdad de la vida que hoy posiblemente estamos viviendo.

Recordemos que los padres fueron educados bajo normas estrictas donde el inconsciente colectivo de sus ancestros estaba basado en la agresión porque la mayoría de nuestros bisabuelos sobrevivieron a épocas donde hubo guerras o revoluciones y con esa misma mano dura educaban a sus descendientes. Claro está, que los padres actuales traen esa misma memoria creyendo que esa es la única forma de educar.

No tienes que herir para enseñar,
y no tienes que ser herido para aprender.

Gangaji.

He escuchado que el único amor incondicional que existe es el de los padres a sus hijos, sin embargo, es todo lo contrario, porque los niños nacen con absoluta inocencia y todo lo que sus padres les digan por amor incondicional y lealtad a ellos lo creerán. Recuerda que uno de los objetivos que tiene el ser humano en la tierra es sentirse amado y si nuestro amor primario y esencial viene de las personas que nos dieron la vida, entonces los hijos haremos todo lo posible para que ese amor nunca se apague.

Si un niño creció en un ambiente disfuncional donde sus padres no se cansaban de decirle: “qué burro eres”, “no sirves para nada”, “me tienes hart@”, “no llores porque te pego”, “no puedes hacer eso”, “por tu culpa no me separo de tu padre”, “pórtate bien sino verás como te va”, “de dónde habrás salido tan tont@”, “lo hago porque te quiero”, “ya me lo agradecerás cuando crezcas” etc., todas esas palabras llenas de agresión, los hijos metafóricamente se las comieron y se convirtieron en algo que se denomina los “hijos basura”, esos pequeños que fueron diseñados para ser las bolsas de desecho de sus padres, quienes decidieron depositar todas sus frustraciones en aquellos que estaban destinados a amarlos profundamente.

Esos “niños basura” se convierten en adultos poco empoderados, posiblemente con parejas que los hagan sentir devaluad@s, con jefes que les griten todo el tiempo y un entorno que los humille utilizando nuestra herramienta de agresión moderna llamada bullying; adultos que posiblemente padecen sobrepeso por todas esas lágrimas guardadas en su cuerpo y que sus padres les hicieron callar a golpes, o debido a cada palabra que tuvieron que tragarse para agradarle a mamá o a papá; recuerda que las heridas que no se ven tienden a ser las más profundas y determinantes, ¿te das cuenta la gran diferencia que existe entre ser un educador amoroso y un dictador doloso?

Una vez mi padre nos dijo a mi hermana y a mí: “las he dejado hacer lo que ustedes quieren”, pero hoy sé, que ese no es un derecho que mi padre nos dio, es un regalo con el que mi hermana y yo nacimos, ese regalo se le llama libertad, algo que los padres deben de respetar y otorgar a sus hijos porque todos los seres humanos tenemos el derecho de experimentar nuestro libre albedrío, llámese abuelos, padres o hijos.

Estoy segura que gran parte de nuestra educación fue hecha sin consciencia y sin malicia porque nuestros padres traen un sistema que ni siquiera ellos se dieron la oportunidad de entender; los introdujeron a una gran olla de presión en donde sólo crecieron, se desarrollaron y comenzaron a formar su propia familia sin siquiera preguntarse si eso era lo que realmente querían porque quizá sólo cumplían con esas normas sociales de que así tenía que ser la vida.

Date la oportunidad de regalarte unos minutos y pregúntate ¿cuál fue mi proyecto sentido?, ¿qué era lo que mis padres querían que yo fuera? Porque puedo asegurarte que todos esos deseos de tu madre y de tu padre de alguna manera hoy los estás cumpliendo porque para tu inconsciente tu fuiste diseñad@ para cumplir los deseos de tus padres.

Si tuviste padres que todo el tiempo se dañaban con indiferencia o con terribles palabras y tú como hij@ fuiste testigo de esos actos y los relacionaste con la estabilidad de pareja, entonces ¿cómo son tus relaciones actuales? Porque quizá encuentres más de lo mismo en ellas.

Si tuviste padres que te gritaban, te insultaban o te golpeaban por favor no los justifiques porque ellos fueron y son tan humanos como tú, así que reconoce que se equivocaron y cometieron el grave error de enseñarte que la única manera de conocer el amor era a través del daño; lo único que te queda es enmendar esa enseñanza que te alejó del verdadero estado amoroso, aquel que se les olvidó mostrarte y que sólo puede nacer de ti.

Nuestras generaciones han estado en familias de padres violadores, no son sólo aquellos que abusaron de sus hijos sexualmente, sino aquellos que limitaron sus libertades y derechos; hijos que callaron sus emociones, las cuales eligen no expresar para evitarles un disgusto; padres que sólo nos exigían a ser excelentes y perfect@s, padres que nos manipularon utilizando al amor como herramienta de control, aquellos que nos decían que no había o que no podíamos, padres que nos comparaban con nuestros heman@s para que aprendiéramos a ser mejores; porque nuestros padres sin saberlo, violaron el derecho más importante que teníamos que era permitirnos ser nosotros mism@s.

Aunque ya seas adult@ nunca has dejado de ser un/a niñ@ porque en muchas ocasiones actúas desde él o ella orientad@ por tus condicionamientos que aún siguen activos; recuerda que el hecho de crecer no significa que las memorias se hayan ido también, créeme que todos esos recuerdos no se quedaron para guardarlos sino para entenderlos, aceptarlos y soltarlos; y a pesar de que tu cuerpo cambió, puedo asegurarte que sigues siendo el mismo/a niñ@ con sueños que quiere realizar cuando sea grande y para que eso suceda, lo único que te pide ese/a pequeñ@ abandonad@ es que le permitas honrar a sus padres y la mejor manera de hacerlo es no repitiendo la historia que a ellos también los marcó.

Encuéntrate,
Shary ChavLó