Las drogas han acompañado al hombre desde sus inicios, su fin era para remedios medicinales o posiblemente algunos rituales dependiendo de la cultura, de igual modo para fines recreativos, sin embargo actualmente su uso se ha diversificado.
Las drogas proporcionan efectos múltiples y muy complejos; van directo al sistema nervioso central y producen diferentes efectos estimulantes que pueden alterar la percepción de la realidad o provocar alucinaciones que repercuten en el estado consciente de quien consume.
Tengo la certeza que gran parte de nuestros conflictos provienen de las emociones que nos prohibieron sentir para no ser calificados como los malos de la historia, eso provocó que dichas emociones se quedaran reprimidas en nuestro inconsciente; como te he mencionado, nuestras programaciones suelen originarse en nuestra infancia y todas refieren a la incomprensión de nuestros estados emocionales y a la carencia de amor por parte de los pilares fundamentales para nuestro desarrollo que son nuestros padres.
¿Los padres son la causa por la que utilizamos drogas? No lo son, ellos llevan información en su sistema que posteriormente te heredaron de forma inconsciente; esa información puede suponer un árbol genealógico con adicciones en las que el hijo o hija es quien esté cargando con los conflictos no sanados del árbol.
Tiempo atrás te hablé de los tipos de padres que existen y te comenté que tenemos la costumbre de idealizar a nuestros progenitores y vemos a mamá como la mejor mujer y a papá como el héroe de nuestra vida y eso nos hizo distorsionar la realidad de quienes son, porque tanto los padres sobreprotectores como los que estuvieron ausentes imprimieron en nosotros heridas profundas; por una parte los sobreprotectores nos quitaron libertad y autonomía, esto puede ocasionar que en un futuro busquemos sustancias que nos conecten con estados de libertad que no pudimos adquirir en nuestra infancia; por otro lado, los padres ausentes provocaron huellas profundas de abandono, eso hace que posiblemente en un futuro vayamos en búsqueda de todo tipo de sustancias para conectar con estados de felicidad y compañía que no pudimos sentir en edad temprana.
Yo tengo árboles genealógicos espejo, esto quiere decir que en ambos existieron varios factores en común, los míos coinciden en la adicción al alcoholismo; a pesar de que he probado el alcohol no lo bebo habitualmente y jamás he tenido la curiosidad de probar alguna sustancia, en mi camino como coach he tenido la oportunidad de tratar con algunas personas que han ingerido drogas y muchas de ellas me comentaron que lo hacían para conectar con estados de felicidad y alegría porque les ayudaban a ver las cosas de forma más simple, y así lograban estados que en su realidad era imposible conseguir; me di cuenta que el común denominador de estas personas era que provenían de núcleos familiares violentos y destructivos.
Por una parte, la cocaína produce una exaltación de ánimo en la persona porque la lleva a estados de euforia para realizar tareas de forma más rápida; así mismo, la presión arterial y frecuencia cardiaca aumentan por la energía y el “high” que sienten; estos consumidores pueden provenir de padres ausentes o padres que les ignoraban todo el tiempo, esto originó una profunda huella de abandono y soledad; razón por la cual, la cocaína les evita contactar con el rechazo que sienten y les ayuda a manejar el sentimiento de repulsión hacia su padre, de esa manera, alejan el dolor que experimentan por no sentirse amad@s; sin embargo, la sensación que esta sustancia les aporta, les ayuda a expresar lo que no se atreven a decir en consciencia, pero en realidad, la verdadera causa de su consumo proviene del rechazo a su auténtico yo.
La heroína permite que el cerebro genere grandes cantidades de endorfina y provoca en el cuerpo un enorme placer de libertad; estos consumidores pueden provenir de padres demandantes, padres que posiblemente tuvieron infancias carentes y se preocuparon más por el “bienestar material de sus hijos” en lugar de fomentar un “yo interior saludable”, de igual manera padres que fueron sumamente exigentes y les hicieron creer que debían de ser perfectos, razón por la cual, buscan la heroína para obtener una intensa sensación de libertad y que les evitará entrar en contacto con esa posible frustración que sienten de no sentirse valios@s por lo que son; porque de forma inconsciente siguen creyendo que no son nadie en la vida porque por más que luchan jamás serán lo que los demás esperan, por lo tanto creen que los defraudan; pero en realidad, la verdadera causa de su consumo proviene de su gran falta de auto-aceptación y carencia de amor propio.
La marihuana o cannabis estimula los sentidos y proporciona una gran sensación de relajación; esta droga es la más común porque sus efectos no son tan perjudiciales como en el caso de las anteriores; incluso, estudios han confirmado que la marihuana es menos nociva que el consumo del tabaco debido a los componentes que contiene; las personas que son asiduas a consumirla provienen de una madre o padre ausente; razón por la cual, la marihuana les ayuda a conectarse consigo mismos e ir en búsqueda de su yo interior, pero en realidad, la verdadera causa de su consumo proviene por los altos niveles de control y exigencia hacia sí mismos.
El tabaco tiene una composición química de 7000 sustancias que son incorporadas durante la elaboración; según estudios casi mil millones de personas alrededor del mundo encienden un cigarrillo cada día; sin embargo esta dependencia puede provenir del apego consciente o inconsciente con la madre y en cada inhalación puede referir a la necesidad de querer tomar aire para sentirse libre; pero si la dependencia es fuerte es porque creen que así están protegidos por mamá, cuando en realidad, la verdadera causa proviene de su enorme inseguridad de sentirse independientes.
El alcohol es un estimulante que afecta la capacidad de autocontrol por la desinhibición y exaltación que genera en el Sistema Nervioso Central; las personas con esta adicción pueden provenir de padres sobreprotectores o de hogares profundamente destruidos en donde la violencia era el pan de cada día y el amor era prácticamente inexistente; las personas que constantemente beben es porque de esa manera evitan sentir el desamor de sus padres e inconscientemente buscan hacerse daño a sí mismos porque se sienten poco valios@s, por eso hacen del alcohol una compañía momentánea para llenar su carencia de afecto, pero en realidad, la verdadera causa de su consumo proviene del temor que sienten de encontrarse a sí mismos y descubrir que nunca se han amado.
No es saludable estar bien adaptado
a una sociedad profundamente enferma.
Jiddu Krishnamurti.
Lo que quiero decirte con todo esto es que los seres humanos seguimos estando bajo reglas condicionantes para poder pertenecer a entornos inalcanzables; nos enfocamos en estándares irreales de belleza para tener valor; “debemos” estar completos materialmente para pertenecer a una clase aceptable o “tenemos que” parecernos al otro para conseguir su aprobación; todo eso es parte de una adicción colectiva que nos hace relacionarnos con nosotros mismos desde la dependencia y no desde la libertad.
De alguna manera todos somos adictos; adictos al mismo sistema que nos sigue haciendo creer que los estados naturales del ser humano como el amor, la felicidad y la paz sólo pueden encontrarse en el exterior, por eso estamos en relaciones co-dependientes que nos hacen sentir insuficientes porque nos creemos poco dign@s de estar con alguien que nos valore; seguimos siendo adictos al sufrimiento porque creemos que las cosas nos deben costar gotas de sangre; somos adictos al pasado y ansiosos del futuro; somos adictos de jurar en el nombre de Dios brindando con vino; somos adictos a no confiar en nosotros mismos porque nos sentimos poco merecedores; somos una sociedad adicta a la violencia pasivo agresiva que nos hace convivir con comportamientos que nos parecen normales y adecuados; somos adictos al juicio y a la condena porque adoptamos el rol de seres perfectos e intachables; esto quiere decir que no es necesario ingerir sustancias para considerarnos adictos, porque ya somos adictos no declarados.
Probablemente tu también tuviste padres ausentes, exigentes o fuiste parte de familias destructivas y quizá nada de ello te ha llevado a probar alguna sustancia, pero quizá has elegido situaciones de dependencia con relaciones destructivas o probablemente has elegido ser la víctima silenciosa de tu vida, si encuentras esas adicciones repetitivas en ti, por favor no te juzgues ni tampoco condenes a aquellos que decidieron irse por el camino de las drogas porque ellos también tienen heridas como las tuyas sólo que su profundidad ha sido tal que necesitan expulsarlas de su sistema a través del consumo, así que no los etiquetes como: “drogadict@s”, “enferm@s”, “mal@s” porque recuerda que cada quien actúa de acuerdo a cómo se siente; lo más amoroso que puedes hacer es verte compasivamente a ti mism@ para que con esa igualdad puedas mirar a los otros y comprender que quizá todavía no están listos para verse ni mucho menos para amarse a sí mism@s.
El consumo de drogas es un conflicto que se ha agravado con el paso del tiempo y no se terminará diciéndole al otro “no te drogues” o “las drogas son malas”, porque toda dependencia proviene de carencias de afecto y falta de amor propio, las cuales, sanan cuando logras mirarte, aceptarte y amarte de la forma en la que eres, porque la peor adicción es la que la te hace pensar que tu historia es tu sentencia y no, tu oportunidad.
Eres libre,
Shary ChavLó.
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Información: https://www.drugabuse.gov/
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