A lo largo del tiempo las mujeres hemos luchado insaciablemente por tener un lugar en el mundo, hemos peleado por un puesto de trabajo, un lugar en la familia y un lugar en la sociedad para de esa forma, conseguir un espacio válido en la historia.

Creo que las mujeres hemos intentado construirnos a través de conceptos que resultan inexistentes e inalcanzables, nos han dicho que las mujeres debemos de ser: guapas, debemos de estar buenas o ser en exceso delgadas, tenemos que ser sexys sin necesidad de ser tan inteligentes para que de esa forma podamos estar dentro de las clasificaciones que resultan aceptables, y así, gustarle a un hombre y por supuesto, encajar en el mundo que en lugar de aceptarte tal cual eres, te condena por no parecerte a quien ordena y todo eso, nos esclaviza bajo conceptos y seguimos sin darnos cuenta que nada de lo que nos dicen está escrito ni mucho menos es la verdad que hay que seguir para vivir y ser feliz. Te invito a preguntarte: ¿qué es estar guapa para ti?, ¿qué es estar buena para ti?, ¿qué es ser sexy para ti? Recuerda que lo más importante es lo que tú creas de ti misma, sin olvidar que tú esencia es la que prevalecerá más allá de los pliegues de tu cuerpo.

Creo que la mayor lucha que las mujeres debemos de vencer, es la lucha con todas esas creencias que nos han hecho aceptar sin siquiera pensar en ellas, creencias que se basan en que no podemos ser igual de exitosas que un hombre, que somos un sexo débil, que estamos hechas para criar y atender a los hijos o creer que sólo somos un objeto sexual del cual los demás pueden disponer, en donde sólo la mujer “bella” es la que vale y sobretodo, dejar de creer que el Dios que nos gobierna es un humano en cuerpo de hombre, porque Dios no elige un sexo para amarte, pues su naturaleza es la creación, no la división.

“La belleza comienza con
la decisión de ser una misma.”

Coco Chanel.

Encuentro maravilloso que las mujeres busquemos empoderarnos, pero creo que lo estamos haciendo de formas equivocadas, porque seguimos empoderándonos a través de un rol masculino orientado por una energía bastante agresiva y eso, nos impide conectarnos con nuestro lado femenino, un lugar que ha sido masacrado y sobajado durante muchos años, en donde nuestro inconsciente cree que ser mujer es un peligro y para algunas culturas una maldición, todo eso provoca que dejemos nuestra propia naturaleza a un lado y continuemos con esa lucha masculina por una igualdad que parece nunca llegar.

Pero para que esa igualdad se materialice debemos de atraerla con nuestro propio ejemplo, porque a veces las mayores injusticias las cometemos entre nuestro mismo género; porque entre nosotras suele ser más fuerte la pedrada a la mujer que sube de peso, más dura la crítica a la mujer que decide experimentar su sexualidad, es más hiriente el juicio a la mujer que decide estar sola y todas esas puñaladas lamentablemente suceden entre nosotras mismas, entonces ¿cómo lograremos esa misma igualdad ante otros si entre nosotras no existe?

Por una parte comprendo por qué nuestra batalla continúa en un grito desesperado para que nos reconozcan como un género valioso, pero las armas que estamos eligiendo muchas veces son las menos aptas, sólo recuerda que no se trata de ver al hombre como el culpable y el enemigo causante de todo; si realmente hiciéramos consciente de donde viene ese enojo, nos daríamos cuenta que esa emoción que vive en nosotras es un acumulado que nos ha perseguido por generaciones porque cargamos con las memorias de las mujeres violadas, asesinadas, quemadas, golpeadas y todas esas mujeres que creían carecer de valor y esos hechos, se han quedado en el inconsciente colectivo de esta tierra, por lo tanto, creo que nuestro enojo no es hacia el sexo opuesto sino a nosotras mismas por haber sido y seguir siendo tan permisivas.

Por favor comencemos por una sincera reconciliación con nuestro género y a tomar responsabilidad sobre él; así mismo, perdonemos todos esos patrones ancestrales que hemos y seguimos atrayendo, porque hasta que no hagamos consciente nuestros procesos inconscientes, seguiremos materializando situaciones que nos recuerden que verdaderamente no estamos empoderadas sino enojadas por todos esos sobajamientos, y recuerda algo, enojo traducido en violencia atraerá más violencia y por lo mismo, esa actitud ocasionará que lleguen a nuestras vidas, más personas o experiencias que nos enseñen de formas poco amorosas cuáles siguen siendo nuestras heridas para que por fin tengamos el valor de cerrarlas y así, entendamos que nosotras somos una parte esencial e importante en este mundo y al reconocer esto como nuestra verdad absoluta entonces sí, nos adueñaremos de nuestro lugar.

Quiero decirte que me parece sensacional que decidas empoderarte pero si lo haces a partir de lo que otros te dicen entonces tu propio poder se lo entregarás a los demás y la historia nunca terminará, cuando realmente aprendas a definirte a partir de lo que tú eres y quieres todo en tu entorno se modificará para tu mayor beneficio y por supuesto, para el de todo tu género.

Por favor no te olvides de tu maravillosa energía femenina porque gracias a ella creas, así que camina con ella sin olvidarte de tu energía masculina que te da la voluntad para realizar todo lo que deseas, recuerda cada momento que tú eres única, irrepetible, hermosa, una guerrera que si está aquí es porque ya tiene el poder de reconocerse como una mujer valiosa y suficiente.

Gracias mujer,
Shary ChavLó