Creo que la frase favorita de mi madre siempre ha sido “cambia”, esto lo dice cuando considera que algún comportamiento es erróneo; recuerdo que cuando me lo decía,  mi mente entraba en una especie de shock porque el hecho de cambiar yo significaba enfrentarme a algo nuevo, y eso desconocido implicaba la posible inaceptación de un entorno que me identificaba de una manera. 

¿Qué es un cambio? En varias ocasiones te he hablado del Universo y la forma en la que este actúa; te he comentado que su función consiste en un equilibrio llamado “dar y recibir” para que a través de esos dos canales, el universo manifieste una ejecución que fue precedida por una acción; digamos que un cambio está sustentado en lo mismo, en donde tienes que modificar un pensamiento, una conducta o una visión para que obtengas una compensación como resultado. 

¿Por qué nos cuesta cambiar? Estamos acostumbrados a identificarnos con un “yo soy” o acaso: ¿podrías definirte a ti mism@ sin usar esas dos palabras? Probablemente no,  porque a través de esas dos declaraciones podemos identificarnos como un alguien en relación al todo; esto lo hacemos como un método de protección que nos hace sentir incluid@s dentro un sistema del que somos parte y que con el tiempo, se ha vuelto inseparable e imposible de abandonar

“Todos los grandes cambios están precedidos por el caos.”

Deepak Chopra.

Toma en cuenta que desde hace mucho tiempo fuimos programados para creer que la culpa es un estado natural para que sea utilizada como un juego psicológico hacia los demás haciéndoles creer que en ell@s está el peso de nuestro propio sufrimiento; por ende, esa programación nos hace posicionarnos en la creencia de que es la situación, es el otro o la otra quien tiene que cambiar antes de que yo lo haga”. 

Esta realidad que experimentamos nos está acercando a un cambio colectivo al que le tenemos profundo miedo y si nos está retando permanecer en casa, es porque nos sentimos como en rehabilitación debido a que nos convertimos en adictos sociales de un sistema al que hemos sido ciegamente incondicionales y no consumir más de esas creencias, nos está haciendo convivir con la resistencia de nuestras propias creencias.

Recordemos que lo que resiste, persiste; esto significa que si tratamos de observar y transformar las cosas desde la fuerza, nuestros estados emocionales entran en combate porque la causa de esa oposición proviene de la obstinación para no cambiar de perspectiva; porque ese cambio involucra rendirnos para renunciar al control de lo que creemos correcto en relación a nosotr@s mism@s; y esa identificación justificada en las etiquetas que nos hemos impuesto, las defenderemos contándonos el cuento que sin ellas valemos menos. 

Comprendo que esta situación de enorme incertidumbre nos está enfrentando a una ola de cambios que no estaban dentro de nuestros planes, quizá te has dado cuenta que con tu pareja las cosas se están rompiendo y eso los obliga a tomar decisiones que los llevarán a un cambio; posiblemente la relación con tu sistema familiar se está transformando en algo denso y que inevitablemente todas esas acciones los conducirán a una transformación colectiva; probablemente te estás confrontando a ti mism@ constantemente porque la situación te está haciendo ver que tienes que cambiar tu forma de ver la vida.  

Tengamos claro que para que los cambios sucedan en nuestra vida, necesitamos movernos o accionarnos, pero para que esa transformación ocurra, es necesario tomar consciencia sobre lo que podemos cambiar y aquello que no podemos, de la misma manera que debemos asumir responsabilidad sobre lo que estamos interpretando y percibiendo en relación al entorno, porque siempre serán nuestras interpretaciones las que nos condenarán al mismo lugar o las que nos darán la valentía para cambiar; porque sólo las interpretaciones nos ayudarán a movernos a los lugares en donde las dudas gobernarán la situación o donde el amor será el comandante. 

Cambiar es un proceso sencillo pero la dificultad radica cuando nos disponemos a hacerlo sin miedo al que dirán y sobretodo, miedo a perder lo conocido por algo que desconocemos cómo será porque tratamos de evadir la incertidumbre lo más posible; jamás sabremos si las decisiones que tomaremos nos llevarán al cambio que nosotros queremos porque las consecuencias de los cambios serán vistas cuando nosotros nos impulsemos a modificar nuestros pensamientos y conductas sin esperar que sean los demás los que cambien o sea el entorno el que se transforme para que podamos lograr estabilidad y seguridad. 

Son inevitables los cambios colectivos que se avecinan y tú y todos seremos parte intrínseca de ellos, pero como te lo he mencionado en diferentes escritos, tomemos esta situación como una oportunidad que nos impulse a un cambio positivo; pero si tú, eres de las personas que prefiere posicionarse en la resistencia contando los días para que esta pesadilla se acabe, entonces tu cambio llegará con la misma oposición que muestras, pero si elijes mirar todo desde otra perspectiva liberándote del control de cómo deben de ser las cosas, entonces la misma vida te enseñará que cuando te permites fluir sin juicio y sin fuerza, los cambios que mejor te benefician llegan solos, lo único que necesitas es confiar en que cosas extraordinarias también pueden sucederte independientemente de lo que vivas actualmente; porque creer esto significa que estás list@ para dar paso a tu siguiente cambio. 

Transfórmate,

Shary ChavLó ∞