La primaria fue una de las épocas que más me confrontaba, no le veía sentido a aprender un sin fin de materias por las que no sentía mucho interés y además, estar obligada a sacar buenas calificaciones para pasar al siguiente año; recuerdo a una maestra que nos decía que si no estudiábamos seríamos personas del montón.
Cuando escuchaba esas palabras yo me imaginaba encima de una pila de niños con una bandera que decía los del montón; esa imagen y palabras se quedaron en mi memoria durante años pues no me había dado la oportunidad de comprender el significado de esos mensajes; honestamente no recuerdo ninguna época en donde la escuela me pareciera fascinante excepto por mis amistades; fue hasta la Universidad que comprendí que tenía que haber pasado todo un proceso para que yo apreciara que lo que estaba estudiando valdría la pena en algún momento de mi futuro.
Imagino que cuando estabas por terminar tu carrera profesional, una parte de ti se imaginaba un mar de oportunidades laborales y estabas casi list@ para hacerle frente al trabajo que te ayudaría a madurar como un@ profesional; lo que a mi me sucedió al terminar la carrera, es que no encontré nada relacionado con ésta y entre más pasaba el tiempo, el mercado se volvía más competitivo; y yo, sin una oportunidad que me pareciera atractiva y que me permitiera poner en práctica mis conocimientos escolares; esos momentos de pánico me recordaban aquellas palabras de ser la niña del motón a quien le tenía rechazo porque para mí, ser parte de una masa amontonada era lo mismo que ser mediocre.
¿Qué es ser mediocre? En varias ocasiones te he hablado de nuestra inseparable consciencia de separación que nos hace creer que la causa de todo sufrimiento está fuera de nosotr@s mism@s, a ese espacio que te disocia de ti y de la realidad se le llama mediocridad; la cual, es un estado mental que nos hace condicionar la vida a través de una perspectiva dual, esto quiere decir que siempre nos hará culpar a los demás; nos hará pensar que todo es por la mala suerte; nos hará creer que la soledad es un peligro; nos hará sentir que no somos lo suficientemente valios@s; nos hará quedarnos en relaciones tóxicas creyendo que el amor a veces duele; nos abandonará en trabajos que se sienten cómodos aunque infelices y nos dirá que seguir nuestros sueños, es imposible.
Recuerda que una de las limitaciones más fuertes a la que nos enfrentamos humanamente es a la necesidad de comparación con los demás; porque la comparación siempre será el momento en el que por libre albedrío permitas que te quite estima y te disocie completamente de tu poder personal; quiero decirte que la comparación es una de las herramientas favoritas de la mediocridad porque te hace creer que tu valor es mediano y por eso, proyectas tu totalidad en el exterior para medir tu amor propio a través de lo que ves, escuchas y crees.
“La mediocridad es la peor discapacidad.”
Nick Vujicic.
La mediocridad no tiene que nada que ver con el lugar al que llegues en la vida sino con la actitud que tengas en cada paso que das; la mediocridad no está condicionada al éxito sino a la postura que tienes cuando estás fracasando; la mediocridad no se mide en lo que tengas sino en la gratitud que muestras cuando recibes; la mediocridad no es ser del montón, sino el poder que le das a tus creencias, la mediocridad no está en tu falta de pareja sino en la necesidad que muestras al buscarla; la mediocridad no está en cómo hagas las cosas sino en tu postura de ser perfect@ mientras los haces; la mediocridad no está en confrontarte con los demás, sino en la desigualdad que muestras ante aquellos que crees que son diferentes; la mediocridad no está en el trabajo que tienes sino en las quejas que pones para realizarlo; la mediocridad no está en lo que vives sino en la interpretaciones que das ante lo que experimentas; la mediocridad no está en cómo te hacen sentir los demás sino en las culpas que proyectes porque tú no te aceptas; la mediocridad no está en una cuenta bancaria sino en dejar tu valor en las manos de un salario mensual; la mediocridad no está en el conteo de tus logros sino en la falta de ayuda que ofreces a otros para que también lo logren; la mediocridad no está en tus emociones sino en las justificaciones que pones al no sentir por miedo a ser vulnerable; la mediocridad no está en lo que no haces sino en el poder que le das a la falta de tiempo para no hacerlo; la mediocridad no está en el victimario sino en la victima que le da autoridad para existir; la mediocridad siempre se verá reflejada en la manera en la que tratas a otros porque los otros son el reflejo de lo que piensas de ti.
Ser mediocre es creer que tu pareja va a cambiar por ti; ser mediocre es compararte constantemente porque te da miedo aceptarte tal cual eres; ser mediocre es cuestionar la forma de vida de los demás; ser mediocre es utilizar la burla para referirte a alguien; ser mediocre es pensar que todos están mal, excepto tú; ser mediocre es creer que el/la otr@ te pertenece por miedo de aceptar que sin ti puede ser feliz; ser mediocre es no llorar porque tienes que ser fuerte; ser mediocre es apegarte a quien no te quiere; ser mediocre es condicionarte a tu propios juicios que no te dejan ser libre; ser mediocre es quedarte en un lugar que sabes que no es para ti; ser mediocre es querer controlar lo que está fuera de ti; ser mediocre es pedir cuando tú no das; ser mediocre es observar a los demás como enemig@s; ser mediocre es dejar de creer en ti porque eso es alejarte de la unidad de lo que eres, y no hay nada más peligroso que abandonarte a ti mism@ por miedo a no sentirte valios@.
Quiero decirte que la mediocridad no es algo malo, es el diálogo de la mente que te hace creer que tú estás mal por no ambicionar más, por no parecerte a o por no llegar más lejos; debes saber que todos tenemos miedo de no ser, no parecer, no estar, no tener; pero si permitimos que nuestros miedos se escondan y dirijan nuestra vida, entonces será normal vibrar temeros@s y resguardad@s en nuestra propia mediocridad que nos hace creer que somos poco dign@s para alcanzar la plenitud porque nos hemos convencido que los cambios personales y sociales están afuera de un@ mism@; utiliza la mediocridad como esa maestra que te enseña a ver las consecuencias de depositar tu valor en las creencias externas para que así, te des la oportunidad de asumir tu propio poder para verte y sentirte como una persona completa.
Eres únic@, Shary ChavLó ∞
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