Mucho te he hablado del sistema que por generaciones nos ha condicionado; para empezar nacemos en una sociedad llamada familia que trae consigo un sin fin de disfuncionalidades que nos heredan, esa inconsciencia limita nuestra libertad para convertirnos en las personas que estamos destinadas a ser.

¿Te has dado cuenta que cuando hay un bebé cerca todo el mundo quiere cargarlo?, ¿cuando llora todo el mundo se preocupa por su bienestar?, ¿cuando ríe todo el mundo sonríe embelesado con su risa? Eso es porque ese bebé aún se sabe libre de sentir y actuar sin dañar; sin embargo, todo cambia cunado comienza a escuchar al mundo adulto que le limita a sentirse y escucharse a sí mismo porque a medida que fue creciendo, su madre constantemente le decía: “no, porque te vas a caer”, “no, porque te vas a ensuciar”, “ no, porque yo lo digo”, “no, porque eres un niñ@”, “te lo digo porque soy tu madre y sé más que tú”, “ponte el suéter porque hace frío y te vas a enfermar” etc., todas esas palabras fueron los condicionamientos que fungieron como la sentencia  de su inconsciente.

Dentro de ese sistema familiar se le sumó el inconsciente colectivo en el que nos desarrollamos; el cual comenzó desde la escuela que nos impedía ir al baño sin antes alzar la mano, misma que nos enseñó la importancia del tiempo a través de las horas de entrada, receso y salida, con la finalidad de seguir esa disciplina por el resto de nuestra vida como parte del deber ser.

¿Qué es la libertad? Libertad es aceptar y reconocer los límites que existen sin que la confrontación llegue a tu mente; libertad es saberte tú sin que nada te defina; libertad es hacer lo que viniste hacer al mundo sin escuchar las limitaciones basadas en los miedos de otros; libertad es aceptar a los demás tal cual son sin querer cambiarlos; libertad es aceptar que no existe nada que puedas controlar; libertad es experimentar tus emociones sin que te avergüencen; libertad es amar sin condicionamientos; libertad es no seguir a nadie, es continuar con tu propio camino; libertad es amar tu sombra y aceptarla como parte de tu crecimiento; libertad es no tomar decisiones sino fluir con la vida aceptando que tú estás siendo la/el creador/a de la misma; libertad es saber decir no sin culpa; libertad es saberte responsable de lo que eres, atraes y actúas; libertad es comprender que nadie es tuyo; libertad es desear ser tú sin querer ser como otros. 

  Todos queremos ser famosos y en el momento en que queremos ser algo, ya no somos libres.

Jiddu Krishnamurti.

Creo que la mayor negación de libertad se vive cuando nos relacionamos en pareja porque cuando nuestro ego se enamora le asusta salirse de ese estado y hará todo lo posible por mantener al otro a su lado; eso hace que creamos que los demás nos pertenecen; por eso nos convencemos que el otro es “mío”: “mi espos@”, “mi novi@”, “mi pareja”, “mi vida”, “mi todo” etc., esto no quiere decir que dejes de llamarle así, pero si lo haces es porque inconscientemente crees que tienes poder sobre él/ella entonces no es amor lo que te mueve; lo que busco decirte con esto es que el hecho de que estés con alguien no significa que sea tuy@; ese alguien ha decidido estar contigo por una razón que sólo él o ella entiende; sin embargo, gran parte de las relaciones se transforman porque en el proceso queremos más del otro y cuando esa necesidad se ve incompleta, la insatisfacción comienza a estorbarle a ambos; entiendo que sientas que esa persona es parte de ti pero cuando ese pensamiento se convierte en tu estado complementario se vuelve imposible que comprendas y aceptes la libertad que caracteriza al otro porque en ese momento el amor que sientes se contagia de su peor enfermedad que es la ilusión que has creado sobre la relación y dejas de observarla y vivirla tal cual es; por lo tanto, ya no vives una relación del presente sino un condicionamiento que trae consigo el apego; eso hace que quites lo más preciado que nació entre ustedes que es la libertad que por decisión se han quitado; por favor siempre ten presente que si el otro elige irse, no significa que te deje, sólo está haciendo uso de su mejor regalo que es sentirse libre; por lo tanto, respeta que esa persona ha decidido dejar de amarte.

Cuando estamos con alguien, nos volvemos parte de un equipo con quien nos comunicamos, protegemos, contribuimos y construimos; pero si lo hacemos desde un presente inestable y posesivo, el futuro tendrá más de lo mismo; por lo que nuestro par estará formado por dos presos emocionales que lucharán para estar juntos aunque se quiten paz; tenemos la creencia de que el amor debe de sentirse algo por eso queremos convertirlo en  una emoción consecuente; el amor es sólo un estado de paz que vibra alto y entre más estemos en armonía con él, nuestras experiencias se volverán más pacíficas y armoniosas; cuando llegamos a ese nivel de amor por fin lograremos conectar con el otro desde una mutua libertad.

La muerte de alguien causa la misma confrontación de separación porque nuestros conceptos de muerte están relacionados a la tragedia y desamor; por eso, cuando alguien trasciende no aceptamos su partida ni nos damos permiso de comprender el plan que esa persona eligió para su vida y por ende; escogió para su muerte; recuerda que morir es parte del proceso natural de esta existencia y lo más amoroso que podemos hacer para soltarles, es honrar la libertad que se negaron en vida y que sólo lograron conocer a través de la muerte.

Como te comenté, estamos en un sistema que nos mueve a través del apego y nos hipnotiza inconscientemente porque nos hace pensar que entre más tengamos, más somos; un sistema que desafortunadamente ni siquiera logra comprenderse a sí mismo; por eso, nos hace actuar a través del miedo que nos genera culpa por ser diferentes; esto significa, que entre más alejad@ estés de ti, seguirás siendo sólo un seguidor que ha elegido esconder su libertad para correr detrás de su dependencia.  

Vive libre;                                                                                                                Shary ChavLó