Una de las características más comunes que tenemos las mujeres es que mensualmente tenemos un periodo menstrual que refiere a la expulsión de los óvulos que no fueron fecundados en la etapa de ovulación; a esta última fase que refiere al sangrado se le llama “fase lútea” que ocurre para que posteriormente el cuerpo vuelva a prepararse para un posible embarazo.

Según estudios aproximadamente el 75% de las mujeres padecen cólicos menstruales, dolores que son el resultado de nuestras creencias; pero antes de mirarlas y responsabilizarnos de ellas preferimos dejar el dolor y el cambio de humor a las hormonas odiosas que nos persiguen, para de ese modo ser vistas como mujeres peligrosas; o quizá los cólicos se deban a esas creencias que nuestro linaje femenino nos heredó.

Últimamente te he hablado del inconsciente colectivo que persigue a las mujeres; es por él que todas llevamos esa historia cargada con las memorias de todas las mujeres que han pisado la tierra y quienes dejaron como información que ser mujer significaba sacrificio, injusticia y dolor, y hoy tu cuerpo lo manifiesta.

Los conflictos que sostienen los cólicos menstruales pueden ser enojo por ser mujer, rechazo a nuestro cuerpo y a las funciones femeninas o dificultad para aceptar la feminidad y eso nos genera culpa inconsciente porque en el sistema en el que aún vivimos parece que ser mujer es un reto; todo esto no necesariamente viene de ti sino de tu madre o abuela quienes aprendieron a través de sus progenitoras que ser mujer se basaba en seguir ciertas reglas para ser reconocidas y de esa forma, amadas.

Si te das cuenta, nuestras creencias son tan profundas que actúan sobre nosotras sin darnos cuenta; velo de esta manera: la sangre transporta nuestro ADN que contiene nuestra información biológica, misma que representa a la familia, la unión de nuestro clan, el símbolo de la vida y por qué no, el color del amor; ahora imagina que mes con mes tenemos pérdidas considerables de sangre, ¿a qué creencia nos traslada? Por supuesto al dolor que nos conduce a la ausencia de alegría, es decir dolor sin amor; y si todo eso refiere a nuestra información femenina entonces ¿qué fue ser mujer para tu linaje? Quizá ser la vergüenza de un padre por no ser hombre, posiblemente el sacrificio que nos costará gotas de sangre o la culpa por ser un sexo débil.

Recuerda que nuestro útero es el archivo de todas nuestras memorias femeninas y es una parte fundamental para la creación de nuevas generaciones y si nos han hecho creer que las mujeres sólo fuimos diseñadas para procrear entonces otro de los dolores que se suma a ese cólico menstrual, son los hijos inconscientes que hemos perdido con esa oportunidad de fecundación nada exitosa, y esto significa otra pérdida en la perpetuación de nuestra especie; aunado a las creencias dolorosas de tu madre y abuela relacionadas con que ser mujer es una causa de dolor y sufrimiento.

Ten presente que cuando hacemos actos de conciencia logramos ver las cosas desde otra perspectiva mucho más compasiva y amorosa.

Al sufrir un calambre menstrual a muchas mujeres se les suman otros síntomas como: desmayos, fiebres, diarreas, dolor de espalda, náuseas, etc.

Desmayos y dolor: Uno de los conflictos de los desmayos, es querer desaparecer o necesitar deshacer lo hecho, además de necesitar una separación entre tu madre y tú porque posiblemente ser mujer para tu clan femenino implicaba ser invisible, por lo tanto, ser mujer era prácticamente ser inexistente.

Fiebre y dolor: La fiebre representa que tu fe está quebrada, además de ser una manera de escapar de la crítica a través del enojo, porque posiblemente para tu inconsciente ser mujer es desesperanzador pues le consideras un género poco valioso.

Diarrea y dolor: Quizá para tu inconsciente ser mujer es algo de lo que quieres deshacerte, porque para ti una mujer refiere a ser una víctima que ha tenido que someterse a lo largo de generaciones.

Espalda y dolor: La espalda es la parte posterior de nuestro cuerpo, ahí están todas las cargas de nuestra familia porque posiblemente para tu inconsciente tú eres quien debe de cargar con las creencias y memorias femeninas.

Náuseas y dolor: Tu conflicto es el rechazo hacia tu feminidad, porque posiblemente para tu inconsciente colectivo ser mujer es motivo de desvalorización y repulsión.

Si naciste sin alas, no hagas nada
para evitar que crezcan.

Coco Chanel.

Me parece increíble que las mujeres estemos siendo impulsadas para empoderarnos, pero creo que no estamos siendo guiadas en el cómo sino en el qué, para empezar, debemos de responsabilizarnos sobre todas esas memorias que nosotros elegimos creer y por consecuencia atraer como forma de vida; responsabilizarnos que fuimos nosotras las encargadas de quitarnos nuestra propia voz para que otros hablaran por nosotras; responsabilizarnos de que nuestro poder se lo dimos a los demás y desde ahí conceptualizamos “los contras” de nuestro género, esto refiere a que nosotras hemos sido la causa de esas consecuencias, así que creo que es momento de reconciliarnos con nuestra feminidad a través del perdón porque todo eso que elegimos creer y abrazar como rol, fueron las mentiras elaboradas por un sistema poco conveniente.

Creo que si las mujeres estamos adoptando un nuevo papel en la historia, lo primero que debemos hacer es reconstruirnos con una serie de creencias nuevas que nos lleven a la integración de quienes somos, partiendo desde nuestros propios conceptos, sin pensar que ser mujer refiere al dolor, la pérdida, el sacrificio o el sufrimiento, porque nada de eso es verdad; así que si padeces de dolores menstruales antes de rechazarlos, reconócelos de la misma forma en que te hubiera gustado que esas mujeres ancestrales hubieran sido reconocidas, haz consciencia de que ese dolor que sientes sólo es indicativo de que tú también mereces sentirte valorada y que tus periodos sólo son parte de tu naturaleza femenina; así que agradece a tu linaje femenino y dile que de ahora en adelante las recordarás y reconocerás con amor y no con dolor, porque eso te aleja de tu verdadera función, que es ser una mujer que merece ser amada y reconocida por ser quien es.

Me inspiras,
Shary ChavLó