Creo que la palabra Karma es una de las más famosas del mundo y la relacionamos con el castigo que generamos por accionar desde lugares muy negativos.

La palabra Karma es una palabra en sanscrito que significa “acción” o “hecho” y habla de la energía que desprende una persona en cada una de sus acciones.

Como sabes, soy muy insistente en hablar del Universo o la energía universal, te he comentado que desde que somos pequeños nos han enseñado a humanizar a ese Universo al que llamamos Dios y creemos que nos está viendo para calificar nuestras acciones como buenas y malas; es desde ahí que comenzamos nuestra relación con esa energía que está basada en el juicio.

Quiero decirte que el karma es una consecuencia sobre las causas que inconscientemente hemos sembrado en nuestra mente; desde el momento en que despertamos estamos adhiriendo karma a nuestro día, porque estamos creando desde la vibración “causa-efecto”.

Hasta ahora hemos construido una imagen juiciosa sobre el karma y creemos que es la venganza divina sobre aquello que no nos gustó y los demás están pagando el precio de su acción; como te dije, el karma es una consecuencia de todo aquello en lo que vibramos, sea positivo o negativo.

El karma, cuando se entiende bien, es sólo la mecánica a través de la cual la consciencia se manifiesta.


Deepak Chopra

Hace tiempo estaba en el aeropuerto, fui a dejar a una amiga y el estacionamiento estaba totalmente lleno, después de dar infinidad de vueltas vi que un auto estaba a punto de irse; puse las intermitentes para esperar a que saliera y de repente, llegó otro auto para estacionarse en ese mismo lugar; mi primer sentir-reacción fue enojo e intenté no hacer caso a mi mente; así que me bajé del auto y fui a decirle a la persona que se moviera porque ese lugar lo estaba esperando yo; esta persona me vio y me dijo no te vi, así que le volví a pedir que se saliera del lugar para estacionarme; lo que el hombre hizo fue reírse y se quedó escribiendo en el celular; por supuesto esa acción hizo que mi ego se pusiera “en sus marcas listos fuera” y lo que hice fue extender mi llave y rayar su auto. Mi parte consciente que llegó tarde al hecho comenzó a enviarme imágenes de todo lo que había sucedido para que lo observara pero mi ego “defensor” comenzó a ponerse en mi contra, el muy ingrato entre sus palabras me decía: “’¡Uy! pues no que muy espiritual y tú haciendo eso, entonces no eres lo que dices ser etc.” y claro, logré generarme la peor de las culpas, remordimiento, tristeza, etc.

Quiero decirte que jamás me victimicé, ni justifiqué mi acto o me escondí detrás del enojo que sentí en ese momento, desde el instante en que lo hice, me sentí responsable de atraer una situación que estaba fuera de mi control y sabía que en mí, estaba la decisión de seguir adelante o engancharme en el hecho. Exactamente un año después comencé con la idea de vender mi auto, lo pulí, le arreglé ciertos detalles para que elevara su costo en el mercado; cuando ya estaba todo listo, fui con unas amigas y lo dejé estacionado afuera del lugar en el que estábamos; al regresar, mi auto no tenía espejo y estaba pintado desde el cofre hasta la parte trasera con plumón negro justo en el mismo lugar donde había rayado el auto de aquella persona; por supuesto en ese momento jamás pasó por mi mente la palabra “karma” sino todo tipo de insultos contra una persona que ni siquiera conocí. Al llegar a casa me sentía molesta, me permití sentir y ser consciente de mi experiencia por lo que me pregunté: ¿para qué me pasa esto? Y lo único que llegó a mi mente fue aquel día en el aeropuerto.

Tengo la certeza de que el karma es una experiencia que nos sucede para alinearnos a la empatía con otros; la empatía es entender cómo se siente el otro y no juzgarlo porque todos hemos tenido estados emocionales que nos confrontan; quizá te preguntes ¿cómo puedo ser empática con un asesino? Un asesino, un asaltante o una persona que vibra desde lugares densos; además de que su elección es manifestar su vida así, su nivel de consciencia está sometida al sufrimiento, recuerda que el sufrimiento es la acumulación de dolor y todos venimos a experimentar ese estado, sólo que algunos tenemos ese poder consciente para comprenderlo y soltarlo. La empatía no significa que victimices al otro sino que aceptes que esa persona ha vivido procesos igual de duros, que están fuera de tu control y quizá, de tu comprensión.

El karma normalmente se manifiesta en alguna situación o en tus relaciones; entre ellas tu entorno familiar, amoroso, laboral o social; por eso, nos victimizamos creyendo que los otros son los que nos están “haciendo pagar algo” eso es una mentira, porque las personas no nos hacen pagar, sólo nos están enseñando nuestra forma de actuar.

Por favor ten presente que siempre que nos accionamos, en nosotros está decidir desde qué lugar lo hacemos; así como somos capaces de atraer situaciones amorosas también tenemos el poder de atraer situaciones confrontativas; recuerda que nada de lo que nos sucede es un castigo de la divinidad, todo lo contrario, es una manifestación de nuestra vibración sobre las causas que vamos sembrando en nuestro camino.

Una de las leyes divinas más importantes es la energía del dar y recibir; esto quiere decir que todo lo que des a la vida y a los demás en algún punto de tu vida lo recibirás, porque cuando lo diste, le pusiste una intención que te será manifestada; así que date permiso de poner consciencia a todo lo que piensas, dices, vives y haces; porque cuando lo hagas, puedes estar segur@ de que tu vida estará libre de todo apego.

Vive en consciencia, Shary ChavLó ∞