Antes de nacer, vivimos 9 meses en el vientre de una mujer que nos resultaba desconocida porque no teníamos conciencia de lo que significaba la palabra “madre”, sólo experimentábamos sus emociones; sabíamos si estaba triste, feliz, preocupada o con miedo etc. La razón se debe a que experimentábamos gran parte del estado emocional de nuestra progenitora.

Cuando estamos en proceso de gestación, el 75% de nuestra formación emocional y física se la debemos a nuestra madre y el 25% al padre, así como al entorno en el que nos desarrollamos; esto significa que nuestro “yo” era igual al “yo” de mamá, por supuesto, en ello van incluidos todos los programas inconscientes de ella.

La semana pasada te hablé de todo ese inconsciente colectivo y familiar que las mujeres seguimos cargando, aquel basado en un machismo originado por nuestro propio género, en donde nos hicieron creer que ser mujer era un sacrificio que había que asumir y con el cual teníamos que aprender a vivir; ser mujer tenía como única función, convertirse en madre o ser mujer no tenía gran validez.

Cuando te haces consciente de algo,
te desapegas de ello.

Enric Corbera.

Ten en cuenta que nuestra madre es una de las personas fundamentales para nuestro desarrollo, porque es la clave donde nosotros aprendimos a ser mujer y por supuesto, el espejo que copiaremos a lo largo de nuestra vida.

Madres sumisas: Estas madres son aquellas que han decidido aprender a través de la violencia doméstica y la humillación, porque su madre les hizo creer que el hombre es el que manda y a quien deben obedecer; por lo tanto, por ley de atracción encontraron un hombre con características de dueño violento y posiblemente lo que tu madre te enseñó es que obedecieras, diciéndote que si no lo hacías, merecerías un castigo y eso te ha llevado a ser una mujer permisiva.

Madres chantajistas: Estas madres son aquellas que han querido aprender a través de la culpa interior que sienten hacia sí mismas y que proyectan en otros; una madre que quizá fue abandonada por su padre y procesó en su inconsciente que para conseguir amor podía hacerlo a través del chantaje emocional; por supuesto, eso generó en ti una gran deuda emocional que te ha hecho sentir como la responsable de ella y te ha convertido en una dependiente emocional.

Madres controladoras: Estas madres son aquellas que han querido aprender a través del sometimiento a terceros; intentan ser las amas de casa perfectas, las mejores vecinas, presidentas del comité escolar y claro, madres excepcionales; sin embargo, eso lo hacen porque su madre no cesaba de decirle que ella tenía que ser la mejor en todo y que los errores eran inaceptables; eso les impide soltar el control sobre las situaciones y sobre los demás, esto con la finalidad de ser reconocidas y aplaudidas; madres que te llaman por lo menos una vez al día para recordarte lo mucho que se preocupan por ti pero inconscientemente es para satisfacer esa necesidad de control sobre ti.

Madres narcisistas: Aquellas madres que siempre tienen la razón sobre todas las cosas con la justificación de que es tu madre y que ella sabe más que tú; por lo tanto, debes de hacerle caso; madres con un narcisismo que prohíbe la libertad de sus hij@s porque caen en un juicio condenatorio en contra de las acciones de los demás y las califican como erróneas porque la única verdad universal es la que tiene ella en sus manos y claro, es la actitud que posiblemente tú repites o posiblemente buscas a personas en tu vida que sean como ella.

Madres ausentes: Aquellas madres que están ausentes de casa y de la vida de sus hij@s y comienzan a generar vínculos quebrantables con ell@s; esas madres que no saben escuchar porque viven pendientes de otros asuntos excepto de las necesidades afectivas de sus pequeñ@s, justificando su ausencia por un futuro mejor para ell@s; por supuesto, eso generó en ti heridas de abandono profundas que necesitas cubrir con comida y posiblemente buscas a personas que cumplen con el mismo patrón de sentirse abandonadas.

Madres sobreprotectoras: Aquellas madres que sienten que sus hij@s no pueden valerse por sí mismos y necesitan protegerl@s de las dificultades de la vida; madres que quieren evitar a sus hij@s cualquier tipo de sufrimiento; mujeres que no asumen el crecimiento de sus hij@s, y hasta hoy, los siguen tratando como bebés; por lo tanto, les prohíben llorar o expresar sus emociones y eso en el futuro, provocó que buscaras sustancias como el alcohol o las drogas para expresar lo que tu madre te impidió sentir aunado a una inseguridad enorme por vivir.

Madres machistas: Aquellas madres que se impidieron verse a sí mismas por estar pendientes del bienestar de tu padre; madres que quieren enseñarte a cocinar para que le cocines a tu futuro marido y lo mantengas feliz, te orientan a elegir actividades que sólo son para niñas porque otros trabajos no fueron hechos para ti, te aconsejan a que siempre mantengas una casa limpia con la justificación de que sólo las mujeres sabemos dejar una casa impecable, te guían a que siempre te veas arreglada para gustarle a tu hombre; y eso te ha hecho buscar parejas a quienes todo el tiempo les quieres demostrar lo buena candidata que eres y lo mucho que vales.

Madres criticonas: Aquellas madres que todo lo que hagas, digas y sientas está mal y su forma de demostrarlo es a través de la burla; eso te llevó a ser una adulta introvertida que no se permite expresarse a sí misma por miedo a ser la burla de los demás, una mujer que experimenta su vida a través del bullying y del rechazo social.

Madres maltratadoras: Aquellas madres que eligen educar a sus hijos a través de los golpes y de los insultos como justificación de una buena crianza, haciéndoles creer que era por su bien; aquellas madres que educan a través del dolor físico, psicológico y emocional originando ambientes de terror, y eso te ha hecho buscar entornos con el mismo patrón violentado en donde tú adoptas el rol de la víctima abusada que vive atrapada en manos del perfecto victimario.

Si te das cuenta todas estas madres tienen una característica en común, todas son violentas a su forma, porque no te permitieron sentir ni expresarte, te culpaban de todo para que te sintieras el causante de todos los efectos y eso te hizo ser culpable pero no responsable, te controlaban con la justificación de que ella sabía más que tú y todos esos moldes educativos, te han impedido sentirte libre de vivir.

En la cultura Latinoamericana el rol de la madre es fundamental porque la vemos como el universo de nuestra vida; sin embargo, el patrón de dependencia hacia nuestra progenitora se da en todas las culturas; lo que quiero decirte con todo esto, es que me parece maravilloso que ames a tu madre, pero ámala desde la libertad, comprendiendo que ella es tan humana como tú y que quizá se equivocó de muchas formas, entre ellas, las enseñanzas y creencias inconscientes que te inculcó. 

Por favor honra a tu madre a través de la observación; observa qué de ella tienes tú; no la admires porque inconscientemente la verás como inalcanzable; tampoco la juzgues porque ella lo hizo lo mejor que supo y entendió de acuerdo a sus programaciones; no la culpes calificándola de buena o mala madre, porque puedo asegurarte que ella fue tu mejor maestra y te enseñó esos patrones que ya te correspondía trascender; no la critiques porque ella eligió aprender de esa manera y no hizo consciencia de que te estaba llevando de la mano mientras aprendía; mejor, agradécele a tu madre que el hecho de haberte dado la vida fue más que suficiente porque gracias a que tú estás aquí, esa historia ya no será repetida, y eso te conducirá a relacionarte con ella y con los demás, a través de vínculos más sanos y te permitirá a ti misma construirte desde un mejor lugar.

Sé tu misma;
Shary ChavLó