Creo que uno de los aprendizajes más grandes que venimos a experimentar son las pérdidas, porque como seres humanos no nos enseñan qué son, ni los pasos que debemos seguir para dejarlas ir.

A veces sentimos que todo es eterno, pero las cosas vienen y se van en un parpadeo, nuestro cuerpo tiene un tiempo de llegada y otro de partida; las personas de la nada se van y nunca regresan, pero ¿sabes? no se trata de las pérdidas sino de las ausencias que se empapan de miedo y nos impiden sentirnos completos de nuevo.

En el mundo están ocurriendo diferentes sucesos que nos están llevando a una fuerte transformación; atentados en diferentes lugares de Europa, huracanes en Estados Unidos, terrorismo en Medio Oriente, Latinoamérica y sus luchas de poder, y hace poco un terremoto en la Ciudad de México; a todo eso, se le suman las pérdidas de hermanos, padres, tíos, hijos, casas, mascotas etc., y son esas pérdidas combinadas con dolor las que se le adhieren a la realidad.

Aceptar no es resignación, pero nada nos hace perder
más energía que resistir y pelear contra una situación
que no podemos cambiar.

Dalai Lama.

Como seres humanos siempre queremos entender el por qué, ¿por qué nosotros? ¿por qué yo?, ¿por qué a mi familia? ¿por qué mis amigos? En lugar de preguntarnos eso, por favor comencemos a pensar: ¿Qué necesitamos aprender de todo esto como sociedad, humanidad e individuos?, ¿cómo le hemos contribuido al mundo para que nos responda así?, ¿qué hemos sembrado cada uno para recoger estas cosechas?.

A veces nos resulta más fácil culpar a las circunstancias porque tenemos el mal hábito de juntar la responsabilidad con la culpa, pero recuerda algo, la culpa sólo somete y nos debilita, la responsabilidad nos empodera a cambiar lo que necesitamos transformar y lo que está bajo nuestra posibilidad de modificar.

Siempre estaremos expuestos a perder algo o a alguien porque nada en esta vida nos pertenece y entender eso nos resulta un desafío porque le damos mucho poder al siempre y dejamos de apreciar el hoy.

Como dije, estamos pasando por uno de lo procesos más duros que yo llamo un despertar colectivo, un despertar que fue y está siendo como un duro golpe, el cual nos está costando mucho trabajo aceptar. Como humanidad la tristeza nos está abrazando pero como siempre he dicho, a veces el camino para estar en la felicidad es pararse en la tristeza, y así recordar que la felicidad es nuestro estado natural, no una meta ni mucho menos una pertenencia.

Hace tiempo perdí a mi abuela de manera inesperada, se fue a causa de un derrame cerebral y decidió cerrar sus ojos para despertar en otro lugar; al principio me cegó el enojo, después decidí que el dolor me hiciera compañía un par de días pero después, comprendí que mi abuela tenía que irse sin importar la manera, decidí honrar la decisión de su proceso de vida y así dejarla ir con el mismo amor y gratitud que le tuve mientras creí que era mía.

Por favor ya no trates de responder esos constantes “por qué” que sólo duelen, sólo ten la seguridad que aquellos que se fueron y que tú sientes perdiste, están en otro lugar esperando por ti, sólo que todos ellos están honrando tu decisión de quedarte en esta maravillosa experiencia que es vivir hasta que toque tu turno de reencontrarte con ellos; ahora te corresponde a ti honrar y respetar la manera en la que decidieron marcharse.

Todo lo demás que te arrancaron es algo que se construye sólo permítele al tiempo que todo regrese ti, porque tú, tienes el suficiente valor de comenzar de nuevo, sólo te pido que no rechaces la realidad que hoy vives, sólo acéptala con amor, porque tú y yo no sólo fuimos los testigos de lo que ha sucedido, hoy nos quedamos a participar en la vida para un mejor propósito, comenzar a vivir con amor, compasión, integración, gratitud y libertad.

Te pido que tampoco juzgues a quienes lamentan haber perdido algo material o una vida humana ninguno es mejor o peor, lo que cambia es el impacto con el que se vive y cada quien tiene el derecho de absorber y vivir esas pérdidas como mejor lo asimile y así le convenga.

Esta vez que nuestro aprendizaje sea entender que no debemos atarnos a nada porque hoy somos unos y mañana seremos otros; hoy estamos con la mejor compañía que somos nosotros mismos así que por favor no te abandones porque te necesitas, mejor que sea ese amor infinito que vive en cada uno, capaz de unirte a ti, a mí, a las naciones, al mundo y de esa manera hacernos uno.

Voy de tu mano,
Shary ChavLó