Creo que una de las épocas más esperadas para un niño es la Navidad; recuerdo que cuando era niña me encantaba poner adornos navideños y hacer mi carta a Santa Claus, claramente imaginaba a los renos arriba de mi casa y creía que si Santa se descuidaba, lo pescaría colocando los regalos debajo del árbol. 

Me acuerdo que mi mamá me decía que tenía que portarme bien, tener buenas calificaciones y ser una niña dedicada; de lo contrario, mi madre se encargaría de hablar al número secreto que compartía con Santa para decirle que no me trajera juguetes; sucedía que al día siguiente no estaban ciertos juguetes que yo quería, eso me hacía pensar que mis papás habían tenido una charla extensa con el hombre de traje rojo para notificarle de mi comportamiento y pensaba que había sido una mala niña y por ende, no merecía lo que yo pedía.

“Los hijos suelen ser el reparo de los sueños rotos de los padres.”

Shary ChavLó.

Las piezas fundamentales para nuestro desarrollo fueron nuestros padres, ellos nos orientaron en el proceso de nuestro auto-reconocimiento y nos dieron las herramientas para amarnos a nosotros mism@s; fueron ellos quienes nos guiaron hacia nuestra independencia a través de sus creencias, palabras y decretos; más allá de todas sus limitaciones nuestro amor hacia ellos ha sido tan grande que hemos olvidado cómo amarnos a nosotros mism@s con tal de seguir su modelo de vida. 

Los condicionamientos que nuestra familia nos dejó son la herencia a la que nos enfrentaremos todos los días; ten presente que nuestro linaje fue el encargado de hacernos creer que el dinero no crecía en los árboles; que la belleza está en la delgadez; que el intelecto e inteligencia sólo son para aquellos que tienen estudios y que las cosas materiales sólo se logran sacrificándose

Si no cumplimos con los requisitos que nos demanda el colectivo para ser aceptados, eso significa que no somos lo suficientemente valios@s y a partir de esa percepción determinamos nuestro nivel de merecimiento

De acuerdo a nuestra naturaleza primitiva, los seres humanos buscamos círculos de pertenencia para quedarnos en ellos y sentirnos amados y aceptados, por eso formamos una familia, encontramos grupos de amigos y vamos en búsqueda de una pareja con quien podamos formar un nuevo clan; esto sucede porque la información de supervivencia no se muere, sólo se transforma y tú la replicas por necesidad. 

Si provienes de una familia que vivió angustiada por su situación económica, se creó una consciencia de merecimiento condicionada al sacrificio; si tuviste una familia que padeció múltiples enfermedades, se construyó una memoria de merecimiento en donde se prohíbe estar san@, si vienes de una familia de múltiples divorcios, se quedó grabada una información en cual ninguno de los miembros merece tener una relación de pareja estable. 

¿De dónde viene tu falta de merecimiento? El origen proviene de la constante comparación a la que te enfrentas todos los días porque te han hecho pensar, sentir y creer que tienes que ser perfect@, porque para tu mente que está posicionada en el ego, tú en comparación a los demás eres insuficiente, por ende, no encajas y no mereces. 

Cuando nos disponemos a tomar consciencia de nuestras creencias en relación a lo que merecemos, todo en nuestra vida se transforma; ponte a pensar en tus relaciones y pregúntate ¿qué tan merecedor@ te sientes de ser amad@? Observa el trabajo en el que estás y pregúntate ¿merezco un trabajo así? Recapacita sobre tus diálogos internos y pregúntate ¿merezco hablarme con esa indiferencia? 

Es importante que tomes en cuenta que el merecimiento es una ola vibracional que está conectada con el poder de recibir impulsado por la voluntad de dar; esto significa que no podemos tener lo que no estamos dispuestos a ofrecer, simplemente porque es imposible pedir amor cuando nosotros no estamos dispuest@s a vibrar en él; así mismo, es complejo sentirnos merecedores de estar en un trabajo que nos de placer porque hasta ahora seguimos pensando con la consciencia del sacrificio; conectar con el merecimiento se vuelve un reto cuando no nos sentimos dign@s de la abundancia, porque pensamos que hay que buscarla, pero en realidad la abundancia es un atributo que todos merecemos por añadidura.

Mientras no cesemos de compararnos y alimentar pensamientos carentes será complicado que conectemos con el poder del merecimiento, recuerda que desde niños nos condicionaron a creer que nada era posible y que todo era complicado en la vida, esa consciencia fue la que adoptamos y es justo la que nos aleja de nuestro poder personal  cuando la única forma de sentir merecimiento es empoderarnos a creer en él. 

Quiero decirte que el merecimiento que te otorgas, es el que permites entre a tu vida, así que si estás en relaciones destructivas es porque en el fondo de ti, crees que mereces convivir con relaciones que te desafíen y lastimen, si estás en trabajos a los que dedicas tu vida y no creces estando ahí, es porque en tu creencia original está que no mereces trabajar en lugares fuera de tu zona de confort. 

Recuerda que el merecimiento no está en los condicionamientos que te dicta el exterior, tampoco es un viaje que tengas que recorrer en un camino complejo; el merecimiento no está determinado en el exceso de tus cargas, porque la vida no se trata que entre más hagas, más mereces; el merecimiento es una resonancia que eliges de acuerdo a tu nivel de consciencia y si crees que por ser “mejor” o dar de “más” mereces mucho más que los demás significa que te estás posicionando desde un ego carente que tiene miedo de que no le reconozcan y por ende, todo se le acabe; así mismo, si piensas que eres “peor” que los demás y crees que mereces poco, es porque tu merecimiento está condicionado a la falta de amor que te tienes. 

Hasta que empieces a creer que eres una persona sumamente valios@ y dejes de poner tu poder personal en las opiniones externas, podrás sentirte merecedor@ simplemente porque existes; recuerda que tu grandeza está cuando te permites ser tu mism@ sin miedo a la crítica o a la exclusión; mereces tener todo lo que sueñas porque si estás aquí es para experimentar la vida de una forma plena y abundante; ten presente que todo aquello que das, por ley natural será regresado a ti de forma multiplicada porque el merecimiento es algo que te acompaña desde el momento en que abriste los ojos  y decidiste venir a este planeta.

Mereces bienestar, Shary ChavLó